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lunes, diciembre 31, 2007

FRASES CELEBRES // CITAS // Frases Celebres literarias y filosóficas: Para reflexionar

FRASES CELEBRES

* A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro. Chesterton.
* A la hora de la verdad, que es la de buscarse a sí mismo en lo objetivo, uno olvida todo y se dispone a no ser fiel más que a su propia sinceridad. Gerardo Diego
* A la manera que el río hace sus propias riberas, así toda idea legítima hace sus propios caminos y conductos. Ralfh W. Emerson
* A la república más que orden jurídico ha de importarle la realidad social del orden. Manuel Maura
* A la república solo ha de salvarla pensar en grande, sacudirse de lo pequeño y proyectar hacia lo porvenir. José Ortega y Gasset
* A las mujeres les gustan los hombre desesperados; si no los encuentran, los hacen. (Anónimo)
* A lo mejor, la alegría sólo son capaces de vivirla los que son incapaces de definirla. (Montserrat Roig.)
* A los empresarios les gustan las asambleas porque ellos las inventaron. George Bernard Shaw
* A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso. José Ingenieros
* A los que corren en un laberinto, su misma velocidad los confunde. Séneca
* A medida que avanza una discusión, retrocede la verdad. Anónimo
* A menos que se sepa todo a los veinte años no se tiene ninguna probabilidad de saber algo a los treinta y cinco. Ernest Hemingway
* A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd. A. de la Martine
* A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos. Thomas Carlyle
* A menudo se echa en cara ante la juventud el creer que el mundo comienza con ella. Cierto. Pero la vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con ella. ¿Qué es peor?. Ch. Friedrich Kebbel
* A mí juicio, el mejor gobierno es el que deja a la gente más tiempo en paz. Whitman
* A nadie cuesta más que a aquel que mucho desea. Ramón y Cajal
* A nadie le acontece cosa alguna que no sea por naturaleza capaz de soportar (Anónimo)
* A pesar de las ilusiones racionalistas, e incluso marxistas, toda la historia del mundo es la historia de la libertad. Albert Camus
* A Picasso, hasta los que le detestan, le soportan, porque nunca usa el talento. Sólo usa el genio. Sus obras nunca son pensamientos. Son actos. (Cocteau.)
* A quien va usted a creer, ¿A mi, o a sus propios ojos? Groucho Marx
* A través de las edades, el éxito ha sido de aquellos que perciben las necesidades públicas y saben satisfacerlas. Shiller
* A un hombre sólo le pido tres cosas: que sea guapo, implacable y estúpido. Dorothy Parker
* A veces creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa. Carl Sagan
* A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad. Antonio Porchia
* A veces el llanto hace mas beneficio que la risa. Pedro Muñoz S.
* A veces hay que estropear un poquito el cuadro para poder terminarlo. Eugène Delacroix.
* A veces pienso que la prueba más fehaciente de que existe vida inteligente en el universo es que nadie ha intentado contactar con nosotros. Bill Watterson
* A veces una broma, una anécdota, un momento insignificante, nos pintan mejor a un hombre ilustre, que las mayores proezas o las batallas más sangrientas. Plutarco
* A veces, ante la mala manera de ser de los otros, uno se siente orgulloso de ser uno mismo y no otro. (Anónimo)
* A veces, cuesta mucho más eliminar un sólo defecto que adquirir cien virtudes. Jean De La Bruyère
* A veces, lavándonos las manos, nos ensuciamos la conciencia. Anónimo
* Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado. Napoleón
* Acaso soy libre si mi hermano se encuentra todavía encadenado a la pobreza. Barbara Ward
* Aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la realidad. David Viscott
* Aceptar un favor de un amigo, es hacerle otro. Jhon Ch. Collins
* Además de enseñar, enseña a dudar de lo que has enseñado. Ortega y Gasset
* Además de perdonar a tus enemigos, ríete de ellos. La risa es el gran antídoto contra los venenos del espíritu. Angel Osorio
* Admitamos que la primera vez se ofende por ignorancia; pero creamos que la segunda suele ser por villanía. José Ingenieros
* Afirmo sin reservas las cosas más discutibles, y me hace mucha gracia que los otros me crean dispuesto a defender mis afirmaciones. (Anónimo)
* Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar. Calderón de la Barca
* Ah, si pudiese un día, un día, hablar en llamas, cuanto mejor dijese estas cosas del alma. Gilberto Garrido
* Ahora que estas lejos de mí, ¡no sabes cuanto te extraño!... ¡pero cuanto me divierto! Pintada
* Al amigo seguro se lo conoce en la ocasión insegura. Fedro
* Al amor lo pintan ciego y con alas. Ciego para no ver los obstáculos y con alas para salvarlos. Jacinto Benavente
* Al hombre se le conoce por sus obras; pero muchos viajan de incógnito. (Anónimo)
* Al inteligente se le puede convencer; al tonto, persuadir. Curt Gotees
* Al lado de la dificltad está la facilidad. Mahoma
* Al perro que tiene dinero se le llama señor perro. Proverbio Arabe
* Al poseedor de las riquezas no le hace dichoso el tenerlas, sino el gastarlas, y no el gastarlas como quiera, sino el saberlas gastar. Cervantes
* Al que juró hasta que ya nadie confío en él; mintió tanto que ya nadie le cree; y pide prestado sin que nadie le dé; le conviene irse a donde nadie lo conozca. Ralph Emerson
* Al utilizar por primera vez este tipo de armas nos alineamos con los bárbaros de las primeras edades. J.Robert Openheimer
* Al vencer sin obstáculos se triunfa sin gloria. Corneille
* Algo debo haber hecho mal o no seria tan famoso. (Robert L. Stevenson, ensayista y poeta británico.)
* Algunas cosas se hacen tan nuestras que las olvidamos. Antonio Porchia
* Algunas personas miran al mundo y dicen Porque?. Otras miran al mundo y dicen Porque no?. George Bernard Shaw
* Algunos encuentran el silencio insoportable porque tienen demasiado ruido dentro de ellos mismos. Robert Fripp
* Algunos seres humanos se suavizan con la edad, como el vino; pero otros se agrian, como el vinagre. H.C. Dowland
* Alma, para el ser humano; ánima para la bestia. Pero solemos decir; benditas ánimas del purgatorio. José Gneco Laborde
* Ama a quien no te ama, responde a quien no te llama, andarás carrera vana. Refrán Español
* Ama a una nube, ama a una mujer, pero ama. Theophile Gautier
* Amamos siempre a los que nos admiran, pero no siempre a los que admiramos. La Rochefoucauld
* Amar a la madre de sus hijos es lo mejor que un padre puede hacer por sus hijos. Hesburg
* Amar es cambiar de casa el alma. Constancio C. Vigil
* Amar es el más poderoso hechizo para ser amado. Baltasar Gracián
* Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y deliciosa compañía. John F. Kennedy
* Amigos míos, retened esto: no hay malas hierbas ni hombres malos. No hay más que malos cultivadores. Víctor Hugo
* Amo la traición, pero odio al traidor. Cayo Julio César
* Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección. Antoine De Saint Exupéry
* Amor: sólo una eternidad que no se alcanza. Percy Byshe
* Andaríamos mejor si no fuera porque hemos construido demasiados muros y no suficientes puentes. D. Pire
* Antes de casarme tenía seis teorías sobre el modo de educar a los pequeños. Ahora tengo seis pequeños y ningún teoría. Lord Rochester
* Antes de casarme veía difícil permanecer fiel a una persona. Ahora creo en el calor de un hogar, en la relación oficial. Cuando se está enamorada, la fidelidad es fácil. Julia Roberts
* Antes de desear algo ardientemente conviene comprobar la felicidad que le alcanza a quien ya lo posee. La Rochefoucauld
* Antigua y un error antiguo, opto por la primera. Rafael M. Carrasquilla
* Anunciad con cien lenguas el mensaje agradable; pero dejad que las malas noticias se revelen por sí solas. Shakespeare
* Añorar el pasado es correr tras el viento. Proverbio Ruso.
* Apocarse es virtud, poder y humildad; dejarse apocar es vileza y delito. Quevedo
* Aprendamos a aumentar la continencia, a enfrentar la demasía, a templar la gula, a mitigar la ira... Séneca
* Aquel que duda y no investiga, se torna no sólo infeliz, sino también injusto. Blas Pascal.
* Aquel que nunca ha fracasado, es porque tampoco nunca ha intentado nada. O.G.Mandino
* Aquel que tú crees que ha muerto, no ha hecho más que adelantarse en el camino. Séneca
* Aquella mujer amaba tanto los árboles, la tierra y el agua que parecía como si ella los hubiese engendrado. (Maurice Bedel.)
* Aquello que se considera ceguera del destino es en realidad propia miopía. Willian Faulkner
* Aquellos que nunca se retractan de sus opiniones se aman a ellos mismos más que a la verdad. J.JOUBERT
* Arréglese al estado como se conduce a la familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo. Confucio
* Arriesgarse es perderse un poco, no arriesgarse es perderlo todo. Mayacowsky
* Así como el ignorante esta muerto antes de morir, el hombre de talento vive aun de muerto. Publio Siro.
* Así como el vestido es la forma de cuerpo, la habitación es la forma de las costumbres. Carlos Lleras Restrepo
* Así como la violencia es síntoma de debilidad, la injusticia que la acompaña es producto de la soberbia. Manual Gálvez
* Así corrompe el ocio al cuerpo humano, como se corrompen las aguas si están quedas. Ovidio
* Atreveos: el progreso solamente se logra así: Víctor Hugo
* Aún sigo sin comprender por qué una bofetada es la aclaración de mayoría de las dudas infantiles. (Anónimo)
* Aunque a todos les está permitido pensar, muchos se lo ahorran. Curts Goetx.
* Aunque Cristo nazca mil o diez mil veces en Belén, de nada te valdrá si no nace por lo menos una vez en tu corazón. Angelo Silesio
* Aunque el final del mundo sea mañana, hoy plantaré manzanos en mi huerto. Lutero
* Aunque el orgullo no es una virtud, es padre de muchas virtudes. Jc Collins
* Aunque el Vaticano sostenga que la castidad es el valor supremo, en cualquier caso, me parece la aberración sexual más grande. José Luis Sampedro
* Aunque las mujeres no somos buenas para el consejo, algunas veces acertamos. Teresa De Jesús
* Aunque le arranques los pétalos, no quitarás belleza a la flor. (Rabindranath Tagore, filósofo hindú.)
* Aunque mañana fuera el día del fin del mundo, yo plantaría manzanos en el día de hoy. Martín Lutero
* Aunque personalmente me satisfaga que se hayan inventado los explosivos, creo que no debemos mejorarlos. Winston Churchill
* Aunque por el tratado de regularización de la guerra los conspiradores están exentos de la pena de muerte, no lo están ni pueden estarlo de las otras que establecen las leyes. Santander
* Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te consideres obligado a llevársela. Pitágoras
* Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad. José Marti
* Azar es una palabra vacía de sentido, nada puede existir sin causa. Voltaire
* Bebo para hacer interesantes a las demás personas. Groucho Marx
* Bendito el hombre que no teniendo nada que decir se abstiene de demostrarlo con sus palabras. G. Eliot
* Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien. Antonio Machado
* Bien está dos veces encerrada la lengua y dos veces abiertos los oídos, porque el oír ha de ser el doble que el hablar. Baltasar Gracian.
* Bienaventurados los afligidos, porque serán consolados... Bienaventurados los de corazón puro, porque verán a Dios. Jesucristo
* Bienaventurados nuestros imitadores porque de ellos serán nuestros defectos. Jacinto Benavente
* Bondad, blandura, fino, dones son de ingenios doctos y de bien formados corazones. Juan Montalvo
* Buena cosa es tener amigos, pero mala el tener demasiados de ellos. Anónimo
* Bueno es carecer de vicios, pero es muy malo no tener tentaciones. Walter Bagebot
* Busca la libertad, don tan preciado como sabe quien por ella dé la vida. Dante
* Buscamos la solidaridad no como un fin sino como un medio encaminado a lograr que nuestra América cumpla su misión universal. José Marti
* Buscamos llenar el vacío de nuestra individualidad y por un breve momento disfrutamos de la ilusión de estar completos. Pero es sólo una ilusión: el amor une y después divide. Lawrence Durrell
* Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro. Platón.
* Buscando mi destino, concluyo por pensar que sólo en el buscar consiste mi destino. Mario Sarmiento
* Cabalgar, viajar y cambiar de lugar recrean el ánimo. Séneca
* Cada arbitrariedad se ampara, la mayoría de las veces, en una disposición escrita. Luis Alberto Sánchez
* Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres. Rabindranath Tagore
* Cada cual tiene la edad de sus emociones. Anatole France
* Cada hombre lleva un fantasma de mujer no en la imaginación que entonces sería fácil de expulsarle; sino circulando en su sangre, y cada mujer un fantasma más o menos concreto de hombre. G. Marañon
* Cada hombre puede mejorar su vida mejorando su actitud. Héctor Tassinari
* Cada hombre que haya amado verdaderamente podrá pensar que no ha vivido en vano. Andrés Holguín
* Cada nueva esperanza que sentimos nos hace ver de manera distinta el pasado. Luis Rosales
* Cada quien sabe lo que trae en su morral. Juvenal
* Cada uno de nosotros está en la tierra para descubrir su propio camino, y jamás seremos felices si seguimos el de otro. James van Praagh
* Cada uno es ortodoxo con respecto a sí mismo. John Locke
* Cada virtud solo necesita un hombre; pero la amistad necesita dos. Montaigne
* Caer está permitido. ¡Levantarse es obligatorio!. Proverbio Ruso
* Cállate o di algo mejor que el silencio. Pitágoras
* Cambiad de placeres, pero no cambies de amigos. Voltaire
* Carecer de libros propios es el colmo de la miseria. Benjamin Franklin
* Casarse está bien. No casarse está mejor. San Agustín.
* Cásate; si por casualidad das con una buena mujer, serás feliz; si no, te volverás filósofo, lo que siempre es útil para un hombre. Sófocles.
* Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación. Henry David Thoreau
* Cierra los ojos y verás. Joseph Joubert
* Ciertos hombres tienen el talento de ver mucho en todo. Pero les cabe la desgracia de ver todo lo que no hay, y nada de lo que hay. Jaime Balmes
* Ciertos libros parecen haber sido escritos no para aprender de ellos sino para que se reconozca lo que sabía su autor. (Johann Wolfgang von Goethe, escritor alemán.)
* Citadme diciendo que me han citado mal. Groucho Marx
* Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años! Groucho Marx
* Coge el día presente y fíate lo menos posible del mañana. Horacio
* Comer sin hambre, beber sin sed y amar en todo tiempo, es lo que más diferencia al hombre de los animales superiores. (Beaumarchais.)
* Cometer un error y no corregirlo es otro error. Confucio
* Comienza tu obra; comenzar es haber hecho la mitad; comienza de nuevo, y la obra quedará terminada. Anónimo
* Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos. Bolívar
* Como fuerza social, un individuo con una idea vale por noventa y nueve con un solo interés. John Stuart Mill
* Como individuo, la mujer es un ser endeble y defectuoso. Santo Tomás De Aquino
* Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir. Federico García Lorca.
* Como no sabían que era imposible lo hicieron. Anónimo.
* Como pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no los has sabido guardar. La Rochefoucauld
* Con audacia se puede intentar todo; mas no se puede conseguir todo. Napoleón Bonaparte
* Con el dinero se puede fundar una casa espléndida, pero no una familia dichosa. Tamayo y B.
* Con el persuasivo lenguaje de una lagrima. Winston Churchill
* Con el submarino ya no habrá mas batallas navales como seguirán inventándose instrumentos de guerra cada vez mas perfeccionados y terroríficos, la guerra misma será imposible. Jules Verne.
* Con frecuencia cerramos los ojos para ver bellas cosas. Emile Pontich
* Con frecuencia una alegría improvisada vale más que una tristeza cuya causa es verdadera. Sepamos, pues, improvisar nuestra alegría. (Descartes)
* Con la invención de la bomba atómica he llegado a ser la muerte, el destructor de mundos. J.Robert Openheimer.
* Con la primera copa el hombre bebe vino; con la segunda el vino bebe vino, y con la tercera, el vino bebe al hombre. Proverbio Japones
* Con las personas que no puedes amar, muestrate siempre amablemente evasivo. (Anónimo)
* Con las piedras que con duro intento los críticos te lanzan, bien puedes erigirte un monumento. Kant
* Con los nuevos descubrimientos de cada día, el hombre tendrá el futuro más brillante que haya soñado jamás. Frederick L. Schuman
* Conciencia es mil testigos. Richard Taveres
* Conciencia: voz interior que nos avisa que alguien puede estar mirando. H.L. Mencken
* Confiar en todos es insensato; pero no confiar en nadie es neurótica torpeza. Juvenal
* Conocer las cosas que lo hacen a uno desgraciado, ya es una especia de felicidad. La Rochefoucauld.
* Conocer y amar nuestro folclore, es honrar el lenguaje de nuestra bandera. Venezuela Tambor Y Canto
* Consulta el ojo de tú enemigo, porque es el primero que ve tus defectos. Antistenes
* Continuamos siendo imperfectos, peligrosos y terribles, y también maravillosos y fantásticos. Pero estamos aprendiendo a cambiar. Ray Bradbury
* Contra el optimismo no hay vacunas. Mario Benedetti
* Contra toda opinión, no son los pintores sino los espectadores quienes hacen los cuadros. (Marcel Duchamp)
* Converso con el hombre que siempre va conmigo. Quien hablo solo, espera hablar con Dios un día. Machado
* Conviene matar el error, pero salvar a los que van errados . San Agustín
* Cosa buena es arrepentirse, pero mejor cosa aún no exponerse a ello. Proverbio Danes
* Crecí besando libros y pan... Desde que besé a una mujer, mis actividades con el pan y los libros perdieron interés. Salman Rushdie
* Creer que un enemigo débil no puede dañarnos es como creer que una chispa no puede incendiar un bosque. Saadi
* Creo en el espíritu, pero no me parece que el hambre y las privaciones puedan hacer mejor al hombre. Erico Verissimo
* Creo en el individualismo... pero solo hasta cuando el individualista empieza a medrar a expensas de la sociedad. Roosevelt
* Creo en los que sacrificaron la gloria por la bondad, en los que cambiaron el poder por el honor y en los que dejaron la riqueza por la justicia. Eladio Jara
* Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros. Bioy Casares.
* Creo que una hoja de hierba no es menos que un día de trabajo de las estrellas. Walt Whitman
* Cuál es el gobierno mejor? El que enseña a gobernarnos a nosotros mismos. Goethe
* Cual es el mejor gobierno? El que nos enseña a gobernarnos a nosotros mismos. Johann W. Goethe
* Cuál es el modo de gobernar colonias?. Darles funcionarios, aunque no los quieran; darles leyes que no han concurrido a formar; quitarles toda representación y exigirles ciega obediencia. Santander
* Cualesquiera sean nuestros afanes nada puede ayudarnos tanto como la verdad solo ésta perdura. Henry D. Thoreau
* Cualquier ayuda que podamos prestar a otro en este mundo, es una deuda contraída con él. (Ruskin.)
* Cualquier esfuerzo resulta ligero con el hábito. Tito Livio
* Cualquier guerra entre humanos es una guerra civil. (Eugenio D'Ors, filósofo español.)
* Cualquier hombre puede llegar a ser feliz con una mujer, con tal de que no la ame. Oscar Wilde
* Cualquier hombre que tenga más razón que sus prójimos ya constituye una mayoría de uno. Thoreau
* Cualquiera puede hacer historia; pero sólo un gran hombre puede escribirla. Wilde
* Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima. Oscar Wilde
* Cuán feliz era yo cuando era una infeliz. Marquesa de Sevigne
* Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública. Tomáas Jefferson
* Cuando alguien dice teóricamente, realmente quiere decir no. Dave Parnas.
* Cuando alguien hace una tremenda necedad, dice siempre que las hace por los más nobles motivos. Wile
* Cuando apuntas con un dedo, recuerda que los otros tres dedos te señalan a ti. Proverbio Ingles.
* Cuando desaparecerán los chismosos y murmuradores.? Cuando no haya quien les preste atención alguna. August W. Hare
* Cuando Dios creó al Mundo, vio que era bueno. Qué dirá ahora? George Bernard Shaw
* Cuando discutimos con una mujer bonita no sentimos estar equivocados, sino que lamentamos tener razón. (Marcel Achard.)
* Cuando el amor entra por la puerta, el amor salta por la ventana. (Jonh Clarke, geólogo norteamericano.)
* Cuando el amor ha sido una comedia, forzosamente el matrimonio tiene que derivar en drama. Alfonso de Lamartine
* Cuando el carro se ha roto mucho os dirán por donde se debía pasar. Proverbio Turco
* Cuando el delito se multiplica, nadie quiere verlo. Bertold Brecht
* Cuando empieza a preguntarse si es hora de irse, es que ya pasó la hora de irse. Willian Rotsler
* Cuando era pequeña me decían: El trabajo lleva en si mismo la recompensa. y yo esperaba, tras el esfuerzo, una recompensa misteriosa, abrumadora, una especie de gracia. Todavía la espero. (Colette)
* Cuando eres consciente de la muerte, acabas asumiendo tu propia soledad. Rosa Regás
* Cuando existe respeto por uno mismo y por los demás; la comunicación se hace más fácil. Rooder Fifighti
* Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio. Proverbio Indio.
* Cuando hay cariño de por medio la razón de nada sirve. Manuel Mejía Vallejo
* Cuando hay dinero por medio es muy difícil la libertad. Gonzalo Torrente Ballester
* Cuando he estado trabajando todo el día, un buen atardecer me sale al encuentro. Goete
* Cuando la edad enfría la sangre y los placeres son cosa del pasado, el recuerdo más querido sigue siendo el último, y nuestra evocación más dulce, la del primer beso. Lord Byron
* Cuando la felicidad nos sale al paso nunca lleva el hábito con que nosotros pensábamos encontrarla. Madame De Amiel
* Cuando la lucha de un hombre comienza dentro de sí, ese hombre vale algo. Robert Browning
* Cuando la muerte ha igualado la fortuna, las pompas funebres no deberias diferenciarlas. (Baron de Montesquieu, filósofo y escritor francés.)
* Cuando la necesidad nos arranca palabras sinceras, cae la máscara y aparece el hombre. Lucrecio
* Cuando la situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones drásticas son las más seguras. Tito Livio
* Cuando la voz de un enemigo acusa, el silencio de un amigo condena. Anónimo
* Cuando las mujeres se besa, siempre recuerdan a los boxeadores profesionales cuando se estrechan las manos. Henry Louis Mencken
* Cuando las personas son fuertes generalmente no son justas y cuando desean ser justas por lo común ya no son fuertes.
* Cuando las personas tienen libertad para hacer lo que quieren, por lo general comienzan a imitarse mutuamente. Françoise Sagan
* Cuando llegamos a viejos los pequeños hábitos se vuelven grandes tiranías. Flaubert
* Cuando llegue la prosperidad no la uses toda. Confucio
* Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto. Lichtenberg
* Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren. Jean Paul Sartre
* Cuando los sabios se enamoran parecen tontos; cuando se enamoran los tontos, parecen tan tontos como antes. (Anónimo)
* Cuando más grande es vuestra gloria, más cerca estáis de vuestra declinación. Daniel Defoe
* Cuando no sabemos a que puerto nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables. Séneca
* Cuando no se ha sabido vivir, menos aún puede saberse morir. Sanial Dubay
* Cuando no se puede lo que se quiere, hay que querer lo que se puede. Terencio.
* Cuando no se tiene dinero, siempre se piensa en él. Cuando el dinero se tiene, sólo se piensa en él. Jean Paul Getty.
* Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos. La Rochefoucauld
* Cuando pensamos que el día de mañana nunca llegará, ya se ha convertido en el ayer. Henry Ford
* Cuando se está en medio de las adversidades ya es tarde para ser cauto. (Séneca)
* Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto. Noel Claraso
* Cuando se lee un libro según qué estado de ánimo sólo se encuentran el libro interpretaciones de este estado. Heinrich Heine
* Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros. Miguel De Unamuno.
* Cuando se tienen 20 años, uno cree haber resuelto el enigma del mundo; a los 30 reflexiona sobre él, y a los cuarenta descubre que es insoluble. August Strindberg
* Cuando se trata de dinero todos son de la misma religión. (François Marie Arouet, Voltaire, filósofo francés.)
* Cuando se trata de dinero todos son de la misma religión. Voltaire
* Cuando se ve una cosa bella, se quiere poseerla. Es una inclinación natural que las leyes han previsto. Anatole France
* Cuando todo el mundo está loco, estar cuerdo es una locura. Paul Samuelson
* Cuando un hombre dice que con dinero puede hacer cualquier cosa eso significa: que no tiene nada. Edgar W. Howe
* Cuando un hombre quiere matar un tigre, se llama deporte; cuando un tigre quiere matar a un hombre se llama ferocidad. George Bernard Shaw
* Cuando un hombre se cae y los otros no ríen, mala señal para el que ha caído. Santiago Ruiseñol
* Cuando un hombre se muestra indiferente hacia una mujer supone un desafío para ella. Manuel Gila
* Cuando un pueblo se exalta es difícil calmarlo; pero cuando está tranquilo es difícil saber cuándo va a exaltarse. La Bruyere
* Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Miguel de Cervantes
* Cuando uno dice que sabe lo que es la felicidad, se puede suponer que la ha perdido. Anónimo
* Cuando veas a un gigante, examina antes la posición del sol, no vaya a ser la sombra de un enano. (FiedrichL. Freiherr von Hardenberg, Novalis, poeta alemán)
* Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, examinate a ti mismo. Confucio
* Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo. Confucio.
* Cuando ves a una persona un día tras otro, la frescura se pierde, la relación se transforma, la pasión se enfría y empiezas a buscar a otra persona. Sylvester Stallone
* Cuanta más gente conozco, mejor me caen los Corleone. Maruja Torres
* Cuanto más adelanta el hombre en la penetración de los secretos de la Naturaleza, mejor se le descubre la universalidad del plano eterno. Kepler.
* Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee. Miguel de Unamuno
* Cuántos en las cortes tienen oficios preeminentes, a los cuales en una aldea no les hicieran alcaldes!. Fray Antonio de Guevara
* Cuantos hombres se precipitan hacia la luz, no para ver mejor sino para brillar. Federico Nietzsche
* Cuenta los días de tu vida, y verás cuán pocos y desechados han sido los que has tenido para ti. Séneca
* Cuidado con la tristeza. Es un vicio. Gustave Flaubert.
* Cumplamos la tarea de vivir de tal modo que cuando mueramos, incluso el de la funeraria lo sienta. Mark Twain
* Cumplid vuestro deber y dejad obrar a los dioses. Pierre Corneille
* Curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado. (Alberto Moravia, periodista y escritor italiano.)
* Da mucha fuerza cumplir con el deber entre otros que no lo cumplen, aun cuando se trate de un deber establecido de mutuo acuerdo. Jacobo Wassermann
* Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón. John Ruskin
* Dad al hombre salud y metas a alcanzar y no se detendrá a pensar sobre si es o no feliz. B. Shaw
* Dada la manera de ser del hombre actual, ser conciso equivale a estar inspirado.(George Santayana, filósofo estadounidense)
* Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo. Arquímedes.
* Damocles vio sobre su cabeza una pesada espada que pendía de una crin. Recordándolo, los tiranos no pueden gozar en sus festines. José Maria Vargas Vila
* Dar es el verbo más corto de la primera conjugación,y no dar el más barato. (Noel Clarasó)
* Daría con gusto una mitad de la ciencia que me sobra por adquirir una pequeña parte de la experiencia que me falta. P Flores
* De acuerdo con tu fe así te irá en la vida. Si tienes fe..., nada te será imposible.
* De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero. Benjamin Franklin
* De entre las espinas se saca la rosa. San Jerónimo
* De estas, ahí una para ti. Inscripcion En Un Reloj De Sol
* De hombres es equivocarse; de locos persistir en el error. Marco Tulio Cicerón.
* De la ignorancia nos equivocamos, de la equivocación aprendemos.(Proverbio romano)
* De la unión y cordialidad recíproca depende el próspero destino de las Américas, y la división sólo puede producirnos miserias y lágrimas. Berrnardo O'Higgins
* De los recuerdos del pasado se forman las vidas nuevas. Antonio José Restrepo.
* De mis disparates de juventud, lo que me da más pena no es haberlos cometido, sino no poder volver a cometerlos. Pierre Benoit
* De nada sirve correr; lo que conviene es partir a tiempo. La Fontain
* De nada sirven los triunfos si la paz no los corona. Antonio Nariño
* De noventa enfermedades, cincuenta las produce la culpa y cuarenta la ignorancia. Syro
* De que sirve dar leyes, si han de eludirlas los mismos que las dan. ? Turgot
* De que te vale ser más fuerte, si no sabes ser mejor. Federico Balart
* De querer ser a creer que se es ya va la distancia de lo trágico o lo cómico. José Ortega y Gasset
* De todas las flores de la vida, la venganza es la que más pronto se marchita. (Mika Waltari, escritor.)
* De todos los animales de la creación, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir. John Steinbeck
* De todos los caminos que conducen a la fortuna, los mas seguros son la concentración, la constancia y el trabajo.
* Debe necesariamente temer mucho quien es temido de muchos. Séneca
* Debe uno ser pobre para conocer el lujo de dar. (Mary Ann Evans, novelista británica.)
* Debemos conformar nuestras acciones a los intereses de nuestros semejantes, o a los de la felicidad pública, de la cual resulta nuestra felicidad particular. Juan Garcia del Rio
* Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él. Hebbel
* Debemos tener buenos amigos, que nos enseñen lo bueno, y perversos y crueles enemigos, que nos impidan obrar mal. Diógenes
* Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá. Harold Macmillan

* Debo confesar que nací a una edad muy temprana. Groucho Marx
* Decídete y serás libre. Henrry W. Longfellow
* Decir amistad es decir entendimiento cabal, confianza rápida y larga memoria; es decir, fidelidad. Gabriela Mistral
* Defender a todas las mujeres viene a ser los mismoque ofender a todos los hombres. (Jerónimo Feijoo)
* Definitivamente habrá que rendirse a la evidencia de que este mundo esta loco. Sacha Guitryl.
* Deja ya de engañarte. Eres la causa de ti mismo, de tu tristeza, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso o de tus éxitos, alegría y paz. Jorge V. Santamaría
* Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas. Luis Dupaty
* Del árbol del silencio pende el fruto de la seguridad. Proverbio Árabe
* Del mismo modo que no sería un esclavo, tampoco sería un amo. Esto expresa mi idea de la democracia. Abraham Lincoln
* Del que manda, el proceder nunca a nadie satisface, pues por rabia o por placer se le critica lo que hace y lo que deja de hacer. Antonio Nariño
* Democracia significa gobierno por los sin educación, y aristocracia significa gobierno por los mal educados. Chesterton.
* Descansar demasiado es oxidarse. Sir Walter Scott.
* Desde el momento en que cogí este libro hasta que lo dejé, me entraron fuertes convulsiones de risa. Groucho Marx
* Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo. Groucho Marx
* Desde la aurora del hombre todas las naciones han tenido gobierno y todas se han avergonzados de sus gobiernos. (Chesterton)
* Desde los tiempos de Adán, los necios están en mayoría. Casimir Delavigne
* Desde que el hombre existe ha habido música. Pero también los animales, los átomos y las estrellas hacen música. Karlheinz Stockhausen.
* Desde que los hijos educan a los padres, se acabaron los complejos de Edipo. Mario Benedetti
* Desdichado el hombre en quien nada perdura del niño. A. Graft
* Desdichado el que duerme en el mañana. Hesiodo
* Desgraciadamente, la opinión tiene más fuerza que la verdad. Estobeo
* Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa mas que el hacerlas. A. Machado
* Desprecia la literatura en la que los autores delatan todas sus intimidades y las de sus amigos. La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo. Milan Kundera
* Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar. Nelson Mándela
* Después de que el barco se ha hundido, todo el mundo dice que sabía cómo se hubiera podido salvar. Proverbio Italiano
* Después de saber cuándo debemos aprovechar una oportunidad, lo más importante es saber cuándo debemos renunciar a una ventaja. Disraeli
* Desterrada la justicia que es vínculo de las sociedades humanas, muere también la libertad que está unida a ella y vive por ella. Juan Luis Vives
* Destine quince minutos de su día para que usted mismo, recordando situaciones agradables y convirtiendo en positivas las que usted a considerado negativas.
* Destruir o desperdiciar bienes que son indispensables a los seres humanos, es herir a la justicia y faltar a los deberes con la humanidad. León XXIII
* Detras de cada gran hombre hay una gran mujer. Detrás de ella, está su esposa. Groucho Marx
* Di la verdad aunque sea amarga. Di la verdad aún contra ti mismo. Mahoma
* Dicen que el hábito es una segunda naturaleza. Quien sabe, empero, si la naturaleza no es primero un habito. Pascal
* Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer. Antonio Machado
* Dicen que el silencio lo vuelve a uno loco. Lo que vuelve a uno loco es el ruido. Manuel Mejia Vallejo
* Dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto. Bolivar
* Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. Sagrada Biblia
* Digamos que hay dos mentes políticas: una apta para crear fábulas y otra dispuesta a creerlas. (Galileo Galilei, filósofo italiano.)
* Dime lo que quieras que se lo estás diciendo a mi esqueleto. Gustavo Urrego
* Dime qué es lo que verdaderamente amas, y me habrás dado con eso una expresión de tu vida, Amas lo que tu vives. J. G. Fitche
* Dios es el gran silencio del infinito. El mundo todo habla de El y para El nada de lo que se diga lo representa tan bien como su silencio y su calma eterna. Eliphas Levi
* Dios es el único ser que para reinar no tuvo ni siquiera necesidad de existir. Charles Baudelaire
* Dios habló y fue la luz. La palabra es la luz de la humanidad, como la luz es la palabra de la naturaleza. Manuel Antonio Bonilla
* Dios lleva a los hombres a las aguas más profundas, no para ahogarlos sino para limpiarlos. Aughey
* Dios no es más que una palabra para explicar el mundo. Alphonse De Lamartine
* Dios no es perfecto, quiso hacernos a todos iguales, he aquí su imperfección. (J.V. Martínez)
* Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad. Hector Tassinari
* Dios nos da las nueces, pero nos las da cerradas... Las tenemos que abrir. Proverbio Ruso
* Dios se deshacía en mi boca inmóvil, el origen de todas las cosas bajaba por mi garganta. (Anónimo)
* Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien. Groucho Marx
* Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien. Julius Marx Groucho
* Disfruta hoy, es más tarde de lo que crees. Proverbio Chino
* Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible. (Plutarco, escritor griego.)
* Donde con toda seguridad encontrarás una mano que te ayude será en el extremo de tu propio brazo. Napoleón
* Donde la ley acaba comienza la tiranía. W. Pitt
* Donde me halle, soy un pedazo del paisaje de mi patria. Fatos Arapi
* Donde no hay caridad no puede haber justicia. San Agustín
* Donde no hay justicia, no hay libertad y donde no hay libertad no hay justicia. Seume
* Donde no se cuenta con el pueblo, no hay política, ni orden social, ni sistema razonable de gobierno, ni nada justiciero ni respetable. Angel Osorio
* Donde quiera que veáis la moderación sin tristeza, la concordia sin esclavitud, la abundancia sin profusión, decid confiadamente; es un ser venturoso el que aquí manda. Rousseau
* Donde todos piensan igual, nadie piensa mucho Rodin
* Dos cosas definen a un hombre: su mirada y su corazón. P. Willot
* Dos cosas me admiran: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres. (Tristan Bernad.)
* Dos cosas me admiran; la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres. T. Bermard
* Duda siempre de ti mismo, hasta que los datos no dejen lugar a dudas. Louis Pasteur
* Durante la juventud creemos amar; pero solo cuando hemos envejecido en compañía de otro, conocemos la fuerza del amor. Henry Bordeaux
* Economizad las lágrimas de vuestro hijos, para que puedan regar con ellas vuestra tumba. Pitágoras
* Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres. Pitágoras
* Educar a los hijos es, en esencia, enseñarles a valerse sin nosotros. Mario Sarmiento V.
* Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida. Pitágoras
* El abrazo del equipo vencido al vencedor; el grácil salto de la malla para abrazar al contrario, es el símbolo del nuevo espíritu. Agustín Nieto Caballero
* El aburrimiento es lo que queda de los pensamientos cuando las pasiones son eliminadas de ellos. Alain
* El acto sexual es un saludo que intercambian dos almas. Macedonio Fernández
* El adolescente vive en un estado permanente de embriaguez espiritual. Platón
* El afán de los reformadores es transformar a los pueblos con leyes, cuando las leyes deben ser transformadas por las costumbres, si se quiere que tengan eficacia. Arthur Youg
* El ajedrez es un juego útil y honesto, indispensable en la educación de la juventud. Bolivar
* El alma necesita pocas cosas; el cuerpo muchas. George Herbert
* El alma tiene ilusiones, como el pájaro alas; eso es lo que la sostiene. Hugo
* El ambicioso es un esclavo de lo mucho que desea: el hombre libre es el que nada desea. Edward Young
* El americano no quiere ser gobernado por nadie, a menos que sea un jefe de su país; no obedece a ningún europeo, sobre todo si es español. Pablo Morillo
* El amigo seguro se conoce en la acción insegura. Anónimo
* El amor como principio, el orden como base, el progreso como fin. Auguste Comte
* El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia. W. Shakespeare
* El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos. William Shakespeare
* El amor entre un hombre y una mujer es el único amor que puede tener consecuencias desagradables para ambos. (Anónimo)
* El amor es ciego, pero el matrimonio le restaura la vista. G.C.Lichtenberg
* El amor es como el fuego, que si no se comunica se apaga. Giovanni Papini.
* El amor es como el vino, y como el vino también, a unos reconforta y a otros destroza. Stefan Zweig
* El amor es como la salsa mayonesa: cuando se corta, hay que tirarlo y empezar otro nuevo. Enrique Jardiel Poncela.
* El amor es emoción, y el sexo, acción. Madonna
* El amor es en la vida del hombre una cosa aparte; en la mujer forma toda su existencia. (Byron)
* El amor es intensidad y por esto es una distensión del tiempo: estira los minutos y los alarga como siglos. Octavio Paz
* El amor es la más noble flaqueza del espíritu. John Dryden
* El amor es la pasión por la dicha del otro. Cyrano De Bergerac
* El amor es la primera pasión y necesidad del ser humano. Anónimo
* El amor es siempre tímido ante la belleza, al paso que la belleza anda siempre detrás del amor. Khalil Gibrán
* El amor es un espíritu dentro de dos formas. Percy Shelley
* El amor es un sacramento que debería recibirse de rodillas. Oscar Wilde
* El amor es una amistad con momentos eróticos. (Antonio Gala)
* El amor es una amistad con momentos eróticos. Antonio Gala
* El amor es una comedia en la que los actos son muy cortos y los entreactos larguísimos. (Anónimo.)
* El amor es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un horrible precipicio. Stendhal
* El amor es una tontería hecha por dos. Napoleón
* El amor es: la alegría de los buenos, la reflexión de los sabios, el asombro de los incrédulos. Platón
* El amor hace pasar el tiempo; el tiempo hace pasar el amor. Proverbio Italiano.
* El amor nace del recuerdo; vive de la inteligencia y muere por olvido. Ramón Llull.
* El amor no es sólo un sentimiento. Es también un arte. Honorato De Balzac.
* El amor no tiene cura, pero es la única medicina para todos los males. Leonard Cohen
* El amor nunca muere de hambre; con frecuencia, de indigestión. Niñon De Lenclos.
* El amor puede ser un pasatiempo y una tragedia. Isadora Duncan.
* El amor que nace súbitamente es el más tardo de curar. Jean De La Bruy&Etildere
* El amor que pudo morir no era amor. Anónimo
* El amor sin erotismo no existe. El erotismo sin amor es frecuente. Octavio Paz
* El amor tiene dos momentos deliciosos, el primero y el último; lo malo es el tiempo que transcurre entre ellos. (Anónimo)
* El amor tiene fácil la entrada y difícil la salida. Lope De Vega
* El amor y la tos no pueden ocultarse. (Proverbio latino.)
* El amor y la tos no pueden ocultarse. Proverbio Italiano
* El animal moribundo, mira con pena al cazador. Narosky
* El árbol de la libertad debe ser regado, de cuando en cuando, con la sangre de patriotas y tiranos. Pintada.
* El ardor juvenil en sus comienzos es fogoso, pero languidece fácilmente y no dura; es el humo de una fogata liviana. Lucio Anneo Seneca.
* El arrepentimiento es el remordimiento aceptado. Séneca
* El arte de persuadir consiste tanto en el de agradar como en el de convencer; ya que los hombres se gobiernan mas por el capricho que por la razón. Blas pascal .
* El arte de un pricipe consiste en hacer el bien ppersonalmente y el mal por segunda mano. (Ganivet.)
* El arte de vencer se aprende en la derrota. Simón Bolivar
* El arte de vencer se aprende en las derrotas. Simón Bolivar
* El automóvil es por el momento solo un lujo reservado a los ricos, pero aunque en el futuro su precio disminuya, nunca llegara a ser un medio de transporte tan popular como la bicicleta. The Literary Digest, 1899. Oscar Wilde.
* El avaro experimenta simultáneamente las preocupaciones del rico y las penalidades del pobre. Remarques
* El ave canta aunque la rama cruja porque conoce lo que son sus alas. Santos Chocana
* El banquero es un señor que nos presta el paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover. Mark Twain.
* El beso es el contacto de dos epidermis y la fusión de dos fantasías. Alfred De Musset
* El bien que hicimos la víspera es el que nos trae la felicidad por la mañana. Proverbio Chino
* El buen humor resuelve dificultades y prolonga la vida. Mario Sarmiento
* El bueno será siempre libre aunque sea esclavo; y el malo será esclavo aunque sea rey. Marcial
* El cambio no sólo se produce tratando de obligarse a cambiar, sino tomando conciencia de lo que no funciona. Shakti Gawain
* El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro. Benjamín Franklin
* El camino más seguro es el del medio. Ovidio
* El carácter de cada hombre es el árbitro de su forma. Publilio Siro
* El celoso pasa la vida buscando un secreto cuyo descubrimiento ha de causar su desdicha. Oxenstiern
* El centro germinal de cualquier cultura consiste en el concepto que el hombre de esa cultura tenga de sí mismo. Luis López de Mesa
* El cerebro es un órgano maravilloso. Comienza a trabajar nada más levantarnos y no deja de funcionar hasta entrar en la oficina. Robert Frost
* El cerebro es un órgano sexual extraordinario. José Luis Sampedro
* El césped siempre crece más verde al otro lado de la valla. Anónimo
* El cine tiene que producir sosiego. Azorín.
* El cine, ese invento del demonio. Antonio Machado.
* El cobarde muere muchas veces. El valiente sólo una. Willian Shakespeare
* El comercio mezcla a los hombres, pero no los une. Anónimo.
* El comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su imagen. Johann Wolfgang Von Goethe.
* El conocerse demasiado o demasiado poco, constituye un estorbo para el acercamiento de dos personas. Leon Tolstoi
* El conocimiento es poder. Francis Bacon
* El contratar requiere maña porque el que contrata engaña. Refrán español
* El control sobre sí mismo es la facultad de seleccionar los pensamientos para convertir en actos solo convenientes. Manero
* El corazón de un hombre es una rueda de molino que trabaja sin cesar; se nada echáis a moler corréis el riesgo de que se triture a sí misma. Martin Lutero
* El corazón del loco está en la boca; pero la boca del sabio está en el corazón. Benjamin Franklin
* El corazón es un niño: espera lo que desea. Provebio Turco
* El cristianismo es la revolución del mundo a través de la caridad. Raoul Follerau
* El cristianismo ha hecho mucho por el amor convirtiéndolo en pecado. Anatole France
* El daño que hacemos no nos trae tantas persecuciones y odios como nuestras buenas cualidades. La Rochefoucauld
* El derecho del obrero no puede ser nunca el odio al capital; es la armonía, la conciliación, el acercamiento común de uno y del otro. José Marti
* El derecho enseñado utilitariamente no es ciencia sino arte, y arte la más vulgar. M. A. Caro
* El derecho es el arte de lo bueno y de lo justo
* El derecho, por mínimo que sea, debe prevalecer sobre la conveniencia, por grande que parezca. Rafael Uribe Uribe
* El deseo intenso crea no sólo sus propias oportunidades sino además sus propios talentos. Eric Hoffer
* El deseo muere automáticamente cuando se logra; fenece al satisfacerse. El amor, en cambio, es un eterno deseo insatisfecho. José Ortega y Gasset
* El deseo vence al miedo. Mateo Aleman
* El destino baraja las cartas, nosotros las jugamos. José Stalin
* El destino de quienes han delinquido es inexorable. Ya no podrán nunca ocultar su pasado: Toda la tierra les es de vidrio. Emerson
* El destino enciende el fuego con la leña que encuentra.(Alessandro Baricco)
* El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos. Arthur Schopenhauer
* El desvanecimiento de los ideales es triste prueba de la derrota del esfuerzo humano. Whitehead
* El diablo es optimista si cree que puede hacer peores a los hombres. Kark Kraus
* El dinero a veces resulta demasiado caro. Ralph Waldo Emerson
* El dinero es buen sirviente pero mal amo. Henry G. Bohn
* El dinero es mejor que la pobreza, aún cuando solo sea por razones financieras. (Woody Allen)
* El dinero huele bien venga de donde venga. Juvenal
* El dinero no da la felicidad, pero aplaca los nervios. Jeanne Bourgeois, Mistinguett
* El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia. Oscar Wilde
* El dinero no puede hacer que seamos felices, pero es lo único que nos compensa de no serlo. Benavente
* El dinero no puede hacernos felices, pero es lo único que nos compensa de no serlo. (Anónimo)
* El dinero nunca va a la cárcel. Anónimo inglés
* El dinero puede ser la cobertura de muchas cosas, pero no te da lo principal. Te da comida pero no apetito, medicina pero no salud; conocidos pero no amigos; servidores pero no lealtad; días de alegría pero no paz ni felicidad. Henrik Ibsen
* El dinero siempre está ahí; sólo cambian los bolsillos. Gertrude Stein.
* El electrón es el verdadero heroe de nuestro siglo. (Anónimo)
* El enemigo más temible de la democracia es la demagogia. Alfred Croiset
* El entusiasmo es el pan diario de la juventud. El escepticismo, el vino diario de la vejez. Pear S. Buck
* El entusiasmo es el pan diario de la juventud. El escepticismo, el vino diario de la vejez. Pearl S. Buck
* El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con el criterio del ayer. Epícteto
* El error es inherente al ser humano. Lo importante es no sobrepasar la cuota diaria. John Nigro
* El espíritu de grupo es lo que da a muchas empresas una ventaja sobre sus competidores. George L. Clements
* El espíritu no sólo da de sí según lo que tenga, sino también según lo que de él se demande. Luis López de Mesa
* El estilo, como las uñas, es más fácil tenerlo brillante que limpio. Eugenio d' Ors
* El estudioso es el que lleva a los demás a lo que él ha comprendido: la Verdad. Santo Tomás De Aquino
* El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino. Anónimo
* El éxito es lo que nos da confianza para poner en práctica lo que el fracaso nos ha enseñado. P. Carrasco
* El éxito ha hecho fracasar a muchos hombres. C.Adams
* El éxito lo obtienen aquellos que están seguros del él.
* El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano. John F. Kennedy
* El fin de la creación literaria es iluminar el corazón de todos los hombres, en los que tienen de meramente humano. Alfonso Reyes
* El fin más importante de la educación es ayudar a los estudiantes a no depender de la educación formal. Paul Gray
* El fracaso fortifica a los fuertes. Saint Exupery
* El fuerte determina los acontecimientos; el débil sufre lo que el destino le impone. Vigny
* El futuro nos tortura, y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente. G. Flaubert
* El genio comienza las grandes obras, pero sólo el trabajo las acaba. Joseph Joubert
* El genio es un rayo cuyo trueno se prolonga durante siglos.(Knut Hamsum, escritor noruego)
* El gorrión siente lástima del pavo real, cargado así con su cola. Rabindranat Tagore
* El gran clásico es un hombre del que se puede hacer el elogio sin haberlo leído. Chesterton
* El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme. Nietzche
* El gran libro de donde deben tomarse con mayor cuidado y afecto las divinas lecciones de alta sabiduría, es el crucifijo. Juan XXII
* El Hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma. Marcel Prevost
* El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar. Franklin
* El hombre ama poco y a menudo, la mujer mucho y raramente. Jan Basta.
* El hombre comienza en realidad a ser viejo cuando cesa de ser educable. Arthur Graf
* El hombre debe considerar cuán rico es el reino que pierde al hacerse conformista. Henry Kaiser
* El hombre debería decir siempre mucho más de lo que pretende y pretender mucho más de lo que dice. Wilde
* El hombre dotado de sentido moral vivirá tranquilo, ya que no conocerá la duda o, mejor dicho, la conocerá al tener la satisfacción de vencerla. Yoritomo Tashi
* El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir. Albert Einstein
* El hombre es el más misterioso y el más desconcertante de los objetos descubiertos por la ciencia. Ganivet
* El hombre es el único que envejece; todo lo demás rejuvenece con torno suyo cada día. Alfredo De Musset
* El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida. Gustavo Le Bon
* El hombre es la criatura que Dios hizo al final de una semana de trabajo, cuando ya estaba cansado. Mark Twain
* El hombre es libre, tiene que ser libre. Su primera virtud, su gran hermosura, su gran amor es la libertad. Juan Ramón Jiménez
* El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos. Pitágoras
* El hombre es mortal por sus temores, e inmortal por sus deseos. Pitágoras
* El hombre es mucho más complicado que su pensamiento. Paúl Valery
* El hombre es rico desde que ha familiarizado con la escasez. Epicuro
* El hombre es rico en proporción a las cosas que pueden desechar. (Henry D. Thoureau.)
* El hombre es un animal que se alimenta de adulaciones. William Hazlitt
* El hombre es un experimento; el tiempo demostrará si valía la pena. Mark Twain
* El hombre es un lobo para el hombre. Plauto
* El hombre es un mensaje; el individuo un mensaje social; la nación un mensaje de cultura; la humanidad un mensaje de Dios. Luis Lopera de Mesa
* El hombre es un milagro químico que sueña. Alfred Conde
* El hombre es un producto social y la sociedad debe impedir que se pierda para ella. Unamuno
* El hombre es una caña que piensa. Pascal
* El hombre es una inteligencia servida por órganos. Fayus
* El hombre es una lámpara apagada; toda su luz se la dará la muerte. José Eusebio Caro
* El hombre feliz es más raro que un cuervo blanco. Juvenal
* El hombre ha de fijar un final para la guerra. Si no, la guerra fijará un final para el hombre. J.F.K.
* El hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeto con cadenas. Rousseau
* El hombre hace dinero, pero el dinero no hace al hombre Anónimo
* El hombre justo no es aquel que no comete ninguna injusticia, si no el que pudiendo ser injusto no quiere serlo. Menadro
* El hombre más lento, que no pierde de vista el fin, va siempre más veloz que el que vaya sin perseguir un punto fijo. Gotthold W. Lessing
* El hombre más peligroso es aquel que tiene miedo. Ludwing Borne
* El hombre más poderoso es aquel que es totalmente dueño de sí mismo. Aristóteles
* El hombre mejor para el hombre y el hombre mejor para la mujer no coinciden. Hay vehementes sospechas de que no han coincidido nunca. (Anónimo)
* El Hombre moderno es el eslabón perdido entre los monos y el ser humano. Anónimo.
* El hombre muere ante a quellos que mantienen silencio ante la tiranía. (Wole Soyinka, poeta nigeriano.)
* El hombre nace sin dientes, sin cabello y sin ilusiones. Y muere lo mismo: sin dientes, sin cabellos y sin ilusiones. Alejandro Dumas
* El hombre necesita a la mujer; y la máxima sabiduría consiste en contentarse con una sola. (Anónimo)
* El hombre no es más que un omnívoro que viste pantalones. Thomas Carlyle
* El hombre no puede hacerse sin sufrimiento, pues es a la vez el mármol y el escultor. Alexis Carre
* El hombre no puede vivir sin tratar de describir y explicar el universo. Isaiah Berlin
* El hombre no vive de otra cosa que de religión o de ilusiones Giacomo Leopardi
* El hombre pasa su vida en razonar sobre el pasado, quejarse de lo presente y en temblar por lo venidero. Ricarol
* El hombre poco claro no puede hacerse ilusiones; o se engaña a sí mismo o trata de engañar a otros. Stendhal
* El hombre puede llegar a no tener família, pero empieza siempre por no tenerla; en eso de la familia hay algo que no depende de uno. (Noel Clarasó.)
* El hombre que dice, no puede hacerse, será sorprendido por alguien que lo haga. Anónimo
* El hombre que ha empezado a vivir más seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera. Hemingway
* El hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios esta viejo, irreparablemente. José Ingenieros
* El hombre que hace la felicidad de una mujer es un hombre ejemplar; y el quer hace la felicidad de tres mujeres a la vez, es un caso perdido. (Anónimo)
* El hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás ha adoptado el mejor plan para vivir feliz. Platón
* El hombre que más ha vivido no es aquel que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado la vida. Jean
* El hombre que no comete errores usualmente no hace nada. Edward J. Phelps
* El hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más bella de la vida. Stendhal
* El hombre que no investiga las dos partes de una cuestión, no es honrado. Abraham Lincoln
* El hombre que no sabe sonreír no debe abrir la tienda. Provervio Chino
* El hombre que no teme a las verdades, nada debe temer a las mentiras. Thomas Jefferson
* El hombre que pretende obrar guiado exclusivamente por la razón, está condenado a obrar muy raramente. Gustabe Le Bon
* El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído. Concepcion Arenal
* El hombre que se levanta es más grande que el que no ha caído.
* El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del estado, pues es un delito renunciar a ser útil a sus compatriotas y una cobardía cederles el paso a los indignos. Epíteto
* El hombre sabio no lo es en todas las cosas. Montaigne
* El hombre sabio querrá estar siempre con quien sea mejor que él. Platon
* El hombre sabio, incluso cuando calla, dice más que el necio cuando habla. Thomas Fuller
* El hombre sapiens, la única criatura dotada de razón, es también el único ser que aferra su existencia a cosas irracionales. Henri Bergson
* El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio. Rabindranath Tagore.
* El hombre se cree siempre ser más de lo que es, y se estima en menos de lo que vale. Goethe
* El hombre se dedica a desear en voz alta aquello que jamás se esfuerza en alcanzar. Noel Claraso
* El hombre se precipita en el error con más rapidez que los ríos corren hacia el mar. Voltaire
* El hombre superior es el que siempre es fiel a la esperanza; no perseverar es de cobardes. Eurípides
* El hombre tarda dos años en aprender a hablar. y el resto de su vida para aprender a callar. Z.P.
* El hombre tiene dos ojos para ver, la mujer para ser vista. (Proverbio chino)
* El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Si no, la guerra establecerá un final para la humanidad. (Jonh F. Kennedy, político estadounidense.)
* El hombre y la mujer han nacido para amarse; pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados. (Noel Clarasó)
* El hombre, por naturaleza, es crédulo, incrédulo, tímido y temerario. Blaise Pascal
* El horizonte es negro, la tempestad amenaza; trabajemos. Este es el único remedio para el mal del siglo. Andre Maurois
* El humor es el espejo donde se refleja lo estúpido del ser humano. Manuel Gila
* El humor es la maldad de los hombres dicha con ingenuidad de niño. Manuel Gila
* El humor se tiene o no se tiene y es la manera de ver las cosas con claridad. Antonio Mingote
* El Humorismo que me gusta es el que me hace reír cinco segundos y pensar diez minutos. William Davis
* El ideal es que nuestra obra contribuya a que se desarraigue de entre las gentes la apelación cotidiana a la violencia física. Manuel Azaña
* El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, un verdad, un insensato. Buda
* El insomnio es una lucidez vertiginosa que convertiría el paraíso en un lugar de tortura. Emile M. Cioran.
* El intercambio de misiones culturales, de profesores y de alumnos harán más por la solidaridad eficiente que no los condicionados arbitrios de las cancillerías. Guillermo Valencia
* El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones. Oliver W. Holmes
* El jurado está compuesto por doce personas elegidas para decidir quien tiene el mejor abogado. Robert L. Frost
* El justo y el injusto no son productos de la naturaleza, sino de la ley. Arquelao
* El lenguaje de la verdad es sencillo. (Lucio Anneo Séneca.)
* El liberalismo es la suprema generosidad: Es el derecho que la mayoría otorga a la minoría aunque ese enemigo sea débil. José Ortega y Gasset
* El mal genio es lo que nos mete en líos. El orgullo es lo que nos mantienen en ellos. Neil Simón
* El mar, por su naturaleza, estaría tranquilo y quieto si los vientos no lo revolvieran y turbaran. De la misma manera el pueblo estaría quieto y sería dócil si oradores y sediciosos no lo removiesen y agitasen. Bacon
* El más difícil no es el primer beso, sino el último. Paul Géraldy
* El más difícil no es el primer beso, sino el último....para quien sigue enamorado. Paul Geraldy

Frases Celebres literarias y filosóficas: Para reflexionar

"El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice." ARISTÓTELES
"La persona que concuerda con todo lo que tu dices, o no está poniendo atención, o se propone venderte algo." HOLIDAY, Bud
"El paraíso lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía." TWAIN, Mark
"Es muy grave el olvido de la historia o su deformación, porque la realidad siempre se venga del que no cuenta con ella." MARÍAS, Julián
"Aquel que duda y no investiga, se torna no sólo infeliz, sino también injusto." PASCAL, Blaise
"Por la calle del ya voy, se va a la casa del nunca." CERVANTES SAAVEDRA, Miguel
"Los hombres tienden a creer aquello que les conviene." CÉSAR, Cayo Julio
"Las improvisaciones son mejores cuando se las prepara." SHAKESPEARE, William
"Dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana; y yo no estoy seguro sobre el universo." EINSTEIN, Albert
"La gente te pide críticas, pero en realidad sólo quiere halagos." MAUGHAM, William Somerset
"En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno." ADENAUER, Konrad
"El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano." KENNEDY, John Fitzgerald
"Son poquísimos los hombres que sepan tolerar en otros los defectos de que ellos mismos adolecen." GRAF, Arturo
"El que se adelanta a confesar el defecto propio, cierra la boca a los demás." GRACIÁN, Baltasar
"Todo fluye, nada permanece." HERÁCLITO de ÉFESO
"El que domina su cólera domina a su peor enemigo." CONFUCIO
"Saber cuando uno dispone de lo suficiente es ser rico." LAO TSE
"Soportamos las represiones, pero sufrimos las burlas. Preferimos ser malos a ser ridículos." MOLIÈRE, Jean Batiste Poquelin
"Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas." Proverbio árabe
"Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego." NIKOLAIEVICH, Lev
"A menudo nos avergonzaríamos de nuestras más bellas acciones si el mundo viera los motivos que las producen." LA ROCHEFOUCAULD, François de
"De lo que no se puede resolver no se debe hablar." WITTGENSTEIN, Ludwig
"Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo." ARQUÍMEDES
"El malvado descansa algunas veces; el necio jamás." ORTEGA Y GASSET, José
"Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar." TWAIN, Mark
"El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos." SCHOPENHAUER, Arthur
"Donde se celebra matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio." FRANKLIN, Benjamin
"El movimiento es causa de toda la vida." VINCI, Leonardo da
"La aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo." CHESTERTON, Gilbert Keith
"Tres pueden guardar un secreto si dos de ellos están muertos." FRANKLIN, Benjamin
"Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo." PALACIO VALDÉS, Armando
"Si he visto más lejos ha sido porque he subido a hombros de gigantes." NEWTON, Sir Isaac
"Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti." NIETZSCHE, Friedrich
"No critiques a tus enemigos, que a lo mejor aprenden." GOYTISOLO, Juan
"Ama a una nube, ama a una mujer, pero ama." GAUTIER, Théophile
"Sólo se reconoce el error cuando todo el mundo lo comparte." GIRAUDOUX, Jean
"Incluso el pasado puede modificarse; los historiadores no paran de demostrarlo." SARTRE, Jean-Paul
"La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante." UNAMUNO, Miguel
"Si vos habláis siempre, yo tengo que callarme." RACINE, Jean Baptiste
"La ley es poderosa, pero más poderosa es la necesidad." GOETHE, Johann Wolfgang von
"La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar." NIETZSCHE, Friedrich
"Nadie escucharía si no fuera porque aguarda su turno para hablar." HOWE, Edgar
"Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí." CONFUCIO
"Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada." SHAKESPEARE, William
"Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión." BOURGUIBA, Habib
"La política es el arte de aplicar en cada época aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible." CÁNOVAS del CASTILLO, Antonio
"El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve." MACHADO, Antonio
"A veces sucede así en la vida: cuando son los caballos los que han trabajado, es el cochero el que recibe la propina." Dame Daphne du Maurier
"Malgasté mi tiempo, ahora el tiempo me malgasta a mí." William Shakespeare
"El prudente no aspira al placer, sino a la ausencia de dolor" ARISTÓTELES
"Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros." LA BRUYÈRE, Jean de
"Lo malo de hacer sugerencias inteligentes es que uno corre el riesgo de que se le asigne para llevarlas a cabo." Anónimo
"No puede el hombre sentirse a gusto sin su propia aprobación". Mark Twain
"Como los políticos nunca creen lo que dicen, se sorprenden cuando alguien si lo cree." GAULLE, Charles de
"Hay tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas." TWAIN, Mark
"El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas" William George Ward
"El hombre honrado es el que mide su derecho por su deber". LACORDAIRE, Henri
"La ciencia sin conciencia no es más que la ruina del alma" RABELAIS
"Temo a Dios y después de Dios temo principalmente al que no lo teme". SAADI, Musarrif ibn Muslih
"Sólo hay una máxima absoluta y es que no hay nada absoluto." Auguste Comte
"Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender es peligroso." CONFUCIO
"La calumnia siempre es sencilla y verosímil." RUSSELL, Bertrand Arthur William
"Sólo temo a mis enemigos cuando empiezan a tener razón." Jacinto Benavente
"En tanto que haya alguien que crea en una idea, la idea vive." ORTEGA Y GASSET, José
"Esa suave educación que llamamos indulgencia, destruye todo el vigor del alma y del cuerpo". QUINTILIANO, Marco Fabio
"Uno puede defenderse contra los ataques; contra el elogio se está indefenso." FREUD, Sigmund
"Saber para prever, a fin de poder." COMTE, Auguste
"La primera vez que me engañes la culpa será tuya; la segunda vez, la culpa será mía" PROVERBIO ÁRABE
"Todos miden su éxito por el fracaso de los demás." ILLICH, Ivan
"No cambiar supone la extinción" AGUSTÍ, JORDI
"La duda es la madre del descubrimiento". Ambrose Bierce
"Equivocarse es humano y perdonar es divino" Alexander Pope
"El gorrión siente lástima del pavo real, cargado así con su cola" Rabindranah Tagore
"En la medida en que las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son exactas, y en tanto son exactas, no se refieren a la realidad." EINSTEIN, Albert
"Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento". Miguel de Unamuno
"Ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya." SÉNECA, Lucio Anneo
"De todos los animales de la creación el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir". Steinbeck, John Ernst
"Hay dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la padecen" Cela, Camilo José
"La buena suerte libra a muchos de su castigo, pero a nadie del miedo." SÉNECA, Lucio Anneo
"La gente joven está convencida de que posee la verdad. Desgraciadamente, cuando logran imponerla ya ni son jóvenes ni es verdad." Perich, Jaume
"Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir." Marañón, Gregorio
"No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo." Epicteto de Frigia
"Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez". García Márquez, Gabriel
"De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero". Franklin, Benjamin
"No hay genio sin un gramo de locura" ARISTÓTELES
"Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz" Da Vinci, Leonardo
"La admiración no interroga nunca; con admirar comprende." Benavente, Jacinto
"Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla." Coelho, Paulo
"Cuando se sabe una cosa sostener que se sabe y cuando no se sabe admitirlo, ese es el verdadero conocimiento". CONFUCIO
"Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás, enseñar." CHEJOV, Antón Pavlovich
"Quien en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, ya se ha matado en vida: es un suicida en pie. Su existencia consistirá en una perpetua fuga de la única realidad que podía ser". Ortega y Gasset, José
"En la prosperidad nuestros amigos nos conocen, en la adversidad los conocemos a ellos". John Churton Collins
"Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez". Juan XXIII -1881-1963.
"La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestran cuánto se aburren". SCHOPENHAUER, Arthur
"Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero no es capaz de convertirlo en experiencia". E. Hubrard
"Cuando leas una biografía ten presente que la verdad nunca es publicable." SHAW, George Bernand
"Estas tres señales distinguen al hombre superior: La virtud, que lo libra de la ansiedad; la sabiduría, que lo libra de la duda; y el valor, que lo libra del miedo." CONFUCIO
"No hay más que un modo de dar una vez en el clavo, y es dar ciento en la herradura". Miguel de Unamuno
"La prueba más clara de sabiduría es una alegría continua." Montaigne
"Adoro los placeres sencillos; son el último refugio de los hombres complicados." Wilde, Oscar
"La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada." SÉNECA, Lucio Anneo
"A veces más vale callar y pasar por tonto, que abrir la boca y demostrarlo." CLARASÓ, Noel
"Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte." LAO TSE
"Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo; simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima". Oscar Wilde
"No honres con tu odio a quien no podrías honrar con tu amor". Christian Friedrich Hebbel
"Hablo, pero no puedo afirmar nada; buscaré siempre, dudaré con frecuencia y desconfiaré de mí mismo". Cicerón
"Que haya muerto no es prueba suficiente de que haya vivido". Stanislaw J. Lec
"Los amigos son para las ocasiones, salvo en determinados círculos político-económicos, en los que las ocasiones son para los amigos". Perich, Jaume
"Nada resiste tanto como lo provisional". Maurois, André
"Aquellos cuya conducta se presta más al escarnio, son siempre los primeros en hablar de los demás". Molière
"Todas las cosas son imposibles, mientras lo parecen." ARENAL, Concepción
"El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación." Otto von Bismarck
"Queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo, porque siempre les imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad". Montesquieu
"Siempre me he inclinado a pensar bien de todo el mundo; evita muchos problemas". Rudyard Kipling
"Es muy grave el olvido de la historia o su deformación, porque la realidad siempre se venga del que no cuenta con ella." MARÍAS, Julián - Filósofo español
"Apresúrate con calma." SUETONIO, Cayo
"Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre." Machado, Antonio
"Apenas son suficientes mil años para formar un Estado; pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo." Lord Byron
"No hay camino para la paz, la paz es el camino". Mahatma Gandhi
"Nunca es largo el camino que conduce a la casa de un amigo". Decimus Junius - Juvenal
"Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar.Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar". Antonio Machado
"Nada es, a menos que nuestro pensamiento haga que sea" SHAKESPEARE, William
"Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año". Charles Dickens
"Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo." Proverbio Árabe
"Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz." Albert Einstein
"Nunca vayas por el camino trazado, porque conduce hacia donde otros han ido ya." BELL, Alexander Graham
"Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos" San Agustín
"Cada día sabemos más y entendemos menos". Albert Einstein
"La ley es una telaraña que detiene a las moscas y deja pasar a los pájaros." ANACARSIS
"La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa." EINSTEIN, Albert
"La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante." UNAMUNO, Miguel
"Increparon a un espartano porque, aunque era cojo, iba a una batalla, y él respondió que su propósito era pelear, no huir". VALERIO MÁXIMO
"Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro". RENÉ DESCARTES
"La única diferencia entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho suele durar algo más." WILDE, Oscar
"El destino se ríe de las probabilidades". Edward George Bulwer-Lytton
"En la adversidad conviene muchas veces tomar un camino atrevido." SÉNECA, Lucio Anneo
"Sólo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de la experiencia". Laurence Johnston Peter
"Habla para que yo te conozca." SÓCRATES
"Sólo fuimos capaces de reconocer el paraíso como tal, cuando nos arrojaron de él." HESSE, Hermann
"Es más fácil juzgar el genio del hombre por sus preguntas que por sus respuestas." Duque de LEVIS
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo" Voltaire
"Vemos la luz del atardecer anaranjada y violeta porque llega demasiado cansada de luchar contra el espacio y el tiempo." EINSTEIN, Albert
"Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen" José Ortega y Gasset
"Muchos hombres cometen el error de sustituir el conocimiento por la afirmación de que es verdad lo que ellos desean." RUSSELL, Bertrand Arthur William
"Nuestro conocimiento es necesariamente finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita." POOPPER, Karl
"Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos." HESSE, Hermann
"Máxima admirable: no hablar de las cosas hasta después de que estén hechas". Montesquieu
"Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento." Abraham Lincoln
"Hay que escuchar mucho y hablar poco para gobernar bien un Estado." RICHELIEU, Armand du Plessis
"Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias". John Locke
"La irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa o el estupor son elementos esenciales y característicos de la belleza". Charles Baudelaire
"Para que el mal triunfe basta, que los hombres de bien simplemente no hagan nada." Edmund Burke
"No te pongas en el lado malo de un argumento simplemente porque tu oponente se ha puesto en el lado correcto". Baltasar Gracián
"Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas". John Fitzgerald Kennedy
"Si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces." SMITH, Adam
"Cuando se dice que el dinero no hace la felicidad se alude, evidentemente, al de los demás." Sacha Guitry
"Nadie es patria, todos lo somos." José Luis Borges
"Andan el pesar y el placer tan apareados que es simple el triste que se desespera y el alegre que se confía". Miguel de Cervantes Saavedra
"Quien recibe lo que merece, pocas veces lo agradece." QUEVEDO y VILLEGAS, Francisco de
"Las verdades que revela la inteligencia permanecen estériles. Sólo el corazón es capaz de fecundar los sueños". Anatole France
"Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas." ORTEGA Y GASSET, José
"Las cosas más bellas y mejores en el mundo, no pueden verse ni tocarse pero se sienten en el corazón." Helen Adams Keller
"Un viaje de mil millas empieza con un paso." LAO TSE
"No son buenos los extremos aunque sea en la virtud." TERESA de JESÚS, Santa
"No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo". ALBERT CAMUS
"Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima." Oscar Wilde
"Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicarla a nadie, no la querría." SÉNECA, Lucio Anneo
"Contra los valores afectivos no valen razones, porque las razones no son nada más que razones, es decir, ni siquiera verdad". Miguel de Unamuno
"Culto es aquel que sabe dónde encontrar lo que no sabe. SIMMEL, Georg
"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir." TWAIN, Mark
"Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez". Gabriel García Márquez

jueves, diciembre 27, 2007

KAHLIL , EL HEREJE // EL LLANTO DE LOS SEPULCROS // KHALIL GIBRAN

GIBRÁN KHALIL GIBRÁN
ESPÍRITUS REBELDES (1908)
KAHLIL EL HEREJE


I

Sheik Abbas era considerado un príncipe por los habitantes de una aldea solitaria del norte del Líbano.
Su mansión, situada en medio de las pobres chozas de los aldeanos, parecía un saludable gigante rebosante
de vida en medio de débiles enanos. El Sheik vivía rodeado de lujo, mientras sus vecinos soportaban una
penosa existencia. Lo obedecían y se inclinaban respetuosamente ante él cuando se dirigía a ellos. Parecía
como si el poder de la mente lo hubiera designado su portavoz e intérprete oficial. Su cólera los hacía
estremecer y dispersarse como las hojas barridas por el fuerte viento del otoño. Si abofeteaba a alguien, era
una herejía por parte del individuo el moverse o levantar el rostro o evidenciar cualquier intento de
descubrir el porqué de tamaña ira. Si sonreía a alguien, éste era considerado por los aldeanos como la
persona más honrada y afortunada. El temor y el sometimiento de la gente no era consecuencia de la
debilidad: la pobreza y necesidad habían provocado este estado de perpetua humillación. Hasta las chozas
en que vivían y los campos que cultivaban pertenecían a Sheik Abbas, quien las había heredado de sus
antepasados.
La labranza de la tierra, la siembra de semillas y la cosecha del cereal, todo era realizado bajo la
supervisión del Sheik, quien, a cambio del esfuerzo realizado, recompensaba a los labriegos con una
pequeña porción de trigo que apenas les alcanzaba para no morirse de hambre.
Con frecuencia, muchos de ellos necesitaban pan antes de finalizar la cosecha e iban a pedirle al Sheik
con lágrimas en los ojos que les adelantara algunas piastras o un poco de trigo; el Sheik accedía gustoso,
pues sabía que pagarían sus deudas con creces cuando llegara el tiempo de la cosecha. Así, aquellos
hombres permanecían endeudados toda la vida, dejando un legado de deudas a sus hijos, y se sometían a su
amo, cuya cólera habían temido desde siempre y cuya amistad y estima habían permanentemente tratado,
en vano, de ganar.

II

Llegó el invierno, y con. él la pesada nieve y el viento cruel; los valles y los campos quedaron desnudos
salvo por los árboles sin hojas que se erguían como espectros de muerte sobre las desiertas planicies.
Después de haber guardado en los graneros del Sheik los productos de la tierra, y de haber llenado sus
copas con el vino de sus viñedos, los aldeanos se retiraron a sus chozas para pasar una parte de sus vidas
holgazaneando junto al fuego, y recordando la gloria de épocas pasadas, y relatándose unos a otros las
historias de cansadores días y largas noches.
El viejo año había exhalado su último suspiro en el cielo ceniciento. Era la noche en la cual el Año
Nuevo sería coronado y colocado en el trono del Universo. Comenzó a nevar pesadamente, y los vientos
ululantes descendían de las encumbradas montañas hacia el abismo, y arrastrando la nieve formaban
montículos que se acumulaban en los valles.
Los árboles se balanceaban a causa de las fuertes tormentas,, y los campos y lomas estaban cubiertos con
un blanco manto sobre el que la Muerte escribía borrosos trazos que luego borraba. La nevada parecía
separar unas de otras las dispersas aldeas emplazadas junto a los valles. La parpadeante luz de las lámparas
de aquellas miserables chozas, apenas discernible a través de las ventanas, se desvanecía tras el espeso velo
de la Naturaleza enfurecida.
El miedo había hecho presa de los corazones de los fellaínes y los animales se habían guarecido en los
establos, mientras los perros se escondían en los rincones. Podía escucharse el ulular de los vientos y el
tronar de las tormentas retumbando en lo profundo de los valles. Parecía como si la Naturaleza se
enfureciera por la muerte del año viejo y tratara de vengarse de aquellas almas apacibles, luchando con
armas de frío y escarcha.
Aquella noche, un joven intentaba caminar bajo los cielos enfurecidos del sinuoso sendero que se
extendía entre las aldeas de Deir Kizhaya y Sheik Abbas. Sus miembros estaban entumecidos de frío,
mientras el dolor y el hambre lo habían despojado de su fuerza. Su oscura vestimenta estaba blanqueada
por la nieve que caía, y parecía amortajado aún antes de la hora de su muerte. Luchaba contra el viento. Le
resultaba difícil avanzar, pues con cada esfuerzo sólo lograba adelantar unos pocos pasos. Gritó pidiendo
socorro y luego permaneció en silencio, aterido por el frío de la noche. Casi sin esperanza, el joven
consumía sus fuerzas bajo el peso del desaliento y la fatiga. Era como un pájaro de alas rotas, presa de los
remolinos de una corriente de agua que lo arrastraba hacia lo profundo.
El joven continuó, caminando y cayéndose hasta que su sangre dejó de circular, y finalmente desfalleció.
Lanzó un grito de horror... la voz de un alma que enfrenta el rostro hueco de la Muerte... la voz de la
juventud agonizante, debilitada por el hambre y atrapada por la naturaleza..: la voz del amor a la vida en el
abismo de la nada.

III

Hacia el norte del poblado, y en medio de los campos arrasados por los vientos, estaba situada la solitaria
choza de una mujer llamada Rachel y su hija Miriam, quien aún no tenía dieciocho años. Rachel era viuda
de Samaari Ramy, que fuera encontrado asesinado seis años atrás. La justicia humana nunca había dado
con el culpable.
Como todas las viudas libanesas, Rachel se mantenía con lo poco que le proporcionaba su agotador y
arduo trabajo. En épocas de cosecha, buscaba las espigas de trigo abandonadas en los campos y en otoño,
recogía los restos de frutos olvidados en los árboles. En invierno, hilaba y confeccionaba ropas por las que
recibía unas pocas piastras o un saco de trigo. Miriam, su hija, era una hermosa muchacha que compartía
con su madre el peso del trabajo.
Aquella noche amarga, las dos mujeres estaban sentadas junto al fuego, cuya calidez era atenuada por la
escarcha y cuyos tizones estaban casi sepultados bajo las cenizas. Junto a ellas, la trémula luz de una
lámpara proyectaba su mortecino reflejo en el corazón de la oscuridad, como una plegaria que transmite
fantasmas de esperanza a los corazones de los apesadumbrados.
Llegó la medianoche y afuera el viento susurraba. De vez en cuando, Miriam se levantaba y abría el
pequeño montante para mirar el ennegrecido cielo; entonces, preocupada y atemorizada por la furia de los
elementos, regresaba a su sitio. De repente Miriam se estremeció como si algo la hubiera arrebatado de su
profundo letargo. Miró ansiosamente a su madre y dijo:
-¿Has oído eso, madre? ¿Has oído una voz pidiendo socorro?
La madre prestó atención un momento y dijo:
-Nada escucho excepto el gimiente viento, hija mía. Entonces Miriam exclamó:
-Escuché un grito más profundo que los cielos atronadores y más triste que la quejumbrosa tempestad.
Después de pronunciar esta frase se puso de pie, abrió la puerta, y aguzó el oído un instante. Entonces,
Miriam dijo:
- ¡Lo he vuelto a escuchar, madre!
Rachel se dirigió rápidamente hacia la puerta endeble, y después de dudar un momento dijo:
-Ahora yo también lo escucho. Vayamos a ver.
Se cubrió con un largo manto, abrió más la puerta y salió cautelosamente, mientras Miriam permaneció
en el umbral, de cara al viento que alborotaba sus largos cabellos.
Luego de recorrer un trecho abriéndose paso entre la nieve, Rachel se detuvo y gritó:
-¿Quién llama?... ¿Dónde se halla?
Pero no hubo respuesta; entonces repitió las mismas palabras innumerables veces, pero nada más se
escuchó entre los truenos. Se adelantó unos pasos valientemente, mirando hacia uno y otro lado. Había
andado algunos pasos cuando descubrió unas profundas huellas sobre la nieve; las siguió temerosa y en
unos, momentos tuvo ante sus ojos un cuerpo que yacía sobre la nieve como un remiendo sobre un vestido
blanco. Al aproximarse y reclinar la cabeza del joven sobre sus rodillas, pudo sentir el pulso que reflejaba
los débiles latidos de aquel trémulo corazón y sus escasas posibilidades de salvación. Volvió el rostro hacia
la choza y llamó:
- ¡Ven, Miriam, ven y ayúdame, lo he hallado!
Miriam corrió siguiendo las huellas de su madre en la nieve, aterida y trémula de miedo. Al llegar al
lugar donde yacía aquel cuerpo inerte, profirió un grito de dolor. La madre puso las manos bajo las axilas
del joven, calmó a Miriam y le dijo:
-No temas, él aún vive; toma con fuerza las puntas de su capa y ayúdame a llevarlo a casa.
Haciendo frente al impetuoso viento y a la copiosa nieve, las dos mujeres cargaron al joven y se
dirigieron hacia la choza. Al llegar al refugio lo colocaron junto al fuego. Rachel empezó a frotarle las
entumecidas manos, mientras Miriam le secaba los cabellos con el ruedo de su vestido. A poco, el joven
comenzó a moverse. Parpadeó y lanzó un profundo suspiro, revelando así sus esperanzas de salvación a los
corazones de aquellas piadosas mujeres. Le sacaron los zapatos y el negro manto. Miriam miró a su madre
y dijo:
-Observa su vestimenta, madre; viste el hábito de los monjes.
Después de alimentar el fuego con un puñado de ramas secas, Rachel miró perpleja a su hija y le dijo:
-Los monjes no salen del convento en una noche como ésta.
-Pero es lampiño -dijo Miriam-; los monjes tienen barba.
La madre escrutó al muchacho con ojos llenos de misericordia y amor maternal; luego se volvió hacia su
hija.
-Nada importa si es monje o criminal -dijo -; seca perfectamente sus pies, hija mía.
Rachel abrió un armario, sacó una jarra de vino y vertió un poco en una vasija de barro. Miriam le
sostenía la cabeza mientras su madre le daba un poco de vino para estimular su corazón. Al sorber el vino
el joven abrió los ojos por primera vez y concedió a sus salvadoras una sufrida mirada de agradecimiento:
la mirada de un hombre que vuelve a sentir la suave caricia de la vida tras haber sido presa de las afiladas
garras de la muerte; una mirada esperanzada tras haber visto morir la esperanza. Luego inclinó la cabeza, y
con labios trémulos dijo:
-¡Que Dios os bendiga!
Rachel apoyó la mano sobre su hombro y respondió:
-Cálmate, hermano. No te agites hablando hasta haber recobrado las fuerzas.
Y Miriam agregó:
-Apoya la cabeza sobre esta almohada, hermano, que te acercaremos al fuego.
Rachel volvió a llenar la vasija con vino y se la dio. Luego miró a su hija y dijo:
-Cuelga su ropa junto al fuego para que se seque. Después de cumplir la orden de su madre, la muchacha
regresó al lado del joven y comenzó a mirarlo compasivamente, como si quisiera ayudarlo transmitiéndole
toda la calidez que su corazón contenía. Rachel trajo dos trozos de pan con algunas conservas y frutas
secas; y sentada, junto a él, comenzó a alimentarlo con bocados pequeños, como una madre que alimenta a
su pequeño. Después de esto el joven se sintió más fuerte y se incorporó sobre la pequeña alfombra al pie
de la chimenea, mientras las enrojecidas llamas del fuego se reflejaban sobre su afligido rostro. Los ojos se
le iluminaron y movió lentamente la cabeza, diciendo:
-La Piedad y la Crueldad luchan en el corazón humano así como los elementos del cielo luchan en esta
terrible noche, pero la piedad vencerá a la crueldad porque es divina, y el terror que domina a esta noche
morirá, en soledad; al rayar el día.
El silencio reinó por un instante, y luego agregó con voz susurrante:
-Una mano humana me arrojó a la desesperación, y una mano humana me salvó; ¡qué severo, y qué
piadoso es el hombre!
- ¿Cómo te has atrevido, hermano, a salir del convento en una noche tan terrible, cuando hasta los
animales no se atreven a dar un paso? -preguntó Rachel.
El joven cerró los ojos como si quisiera contener las lágrimas en las profundidades de su corazón.
-Los animales viven en sus cuevas, y las aves del cielo en sus nidos -dijo-, pero el hijo del hombre no
posee un sitio donde reclinar su cabeza.
-Eso es lo que Jesús dijo dé sí mismo -respondió Rachel-. El joven prosiguió:
-Ésta es la respuesta a todo hombre que desea seguir al Espíritu y a la Verdad en esta época de falsedad,
hipocresía y corrupción.
Después de meditar un instante, Rachel dijo:
-Pero hay muchas habitaciones confortables en el convento, y las arcas están colmadas de oro y de toda
clase de provisiones. Los cobertizos del convento rebosan de becerros y ovejas; ¿qué te indujo a abandonar
un paraíso así en esta noche aborrecible?
El joven respiró profundamente y dijo:
-Abandoné ese lugar porque lo aborrecía.
-Un monje en un convento es como un soldado en el campo de batalla -replicó Rachel- a quien se le
ordena obedecer las órdenes de sus superiores independientemente de su naturaleza. Supe que un hombre
no podría convertirse en monje hasta tanto no se despojara de sus posesiones, pensamientos, deseos y de
todo lo que esté dentro de los dominios de la mente. Pero un religioso superior no pide a sus monjes cosas
descabelladas. ¿Cómo pudo el superior de Deir Kizhaya pedirle a alguien que ofrende su vida a la tormenta
y a la nieve?
-En opinión del superior -dijo él-, un hombre no puede convertirse en monje si no es ciego e ignorante,
sordo e insensible. Abandoné el convento pues soy un hombre sensible capaz de ver, sentir y oír.
Miriam y Rachel lo miraron fijamente como si acabaran de descubrir en su rostro un oculto secreto;
después de meditar un segundo, la madre dijo:
¿Puede un hombre capaz de ver y oír salir en una noche que ciega los ojos y ensordece los oídos?
El joven anunció serenamente: -Fui expulsado del convento.
¡Expulsado! -exclamó Rachel; y Miriam repitió . al unísono la palabra junto con su madre.
El levantó el rostro, arrepintiéndose de sus palabras, pues temía que el amor y la bondad que ellas habían
demostrado se convirtieran en odio y desprecio; pero cuando las miró observó que de sus ojos aún
emanaban reflejos de misericordia, y que sus cuerpos se estremecían de ansiedad por saberlo todo.
Prosiguió con voz ahogada:
-Sí, fui expulsado del convento porque no fui capaz de cavar mi sepulcro con mis propias manos; mi
corazón se había cansado de tanto mentir. Fui expulsado del convento porque mi alma rehusó regocijarse
con el don de aquellos que se rindieron a la ignorancia. Fui expulsado porque no pude hallar paz en los
confortables cuartos, erigidos con el dinero de los pobres fellaínes. Mi estómago no toleraba el pan
amasado con las lágrimas de los huérfanos. Mis labios no podían pronunciar las plegarias que más
superiores vendían a la gente simple y honrada a cambio de oro o alimentos. Fui expulsado del convento
como un apestante leproso por tratar de hacer recordar a los monjes las reglas que las condujeron a su
actual condición.
El silencio ganó la habitación mientras Miriam y Rachel repensaban las palabras con la mirada fija en el
joven.
-¿Viven tus padres? -preguntaron.
Y él respondió:
-No tengo padre ni madre ni sitio donde guarecerme. Rachel aspiró profundamente y Miriam volvió el
rostro hacia la pared para ocultar sus amorosas y piadosas lágrimas. Así como una florecilla marchita torna
a la vida gracias a las gotas de rocío que el alba derrama sobre sus sedientos pétalos, así revivió el
anhelante corazón del joven gracias al afecto y bondad de sus benefactoras. Las miró como un soldado mira
a los que vienen a rescatarlo de las garras del enemigo, y prosiguió:
-Perdí a mis padres antes de cumplir siete años. El sacerdote de la aldea me condujo a Deir Kizhaya y me
dejó al cuidado de los monjes, que se alegraron de tenerme entre ellos y me ordenaron que me ocupara del
ganado y el rebaño y de llevarlos a pastar cada día. Al cumplir quince años me vistieron con este negro
manto y me condujeron hasta el altar, donde el superior se dirigió a mí con estas palabras: "Jurad en
nombre de Dios y de todos los santos y prometed llevar una virtuosa vida de pobreza y obediencia." Repetí
las palabras hasta que comprendí su significado y supe lo que ellos entendían por pobreza, virtud y
obediencia.
"Mi nombre es Khalil, y desde ese momento los monjes me llamaron Hermano Bobaarak, aunque nunca
me trataron como a un hermano. Comían los platos más exquisitos y bebían el vino más delicioso, mientras
yo me alimentaba de vegetales secos y agua, mezclados con lágrimas. Descansaban en mullidos lechos
mientras yo dormía sobre una tabla en una habitación fría y oscura junto al granero. A menudo me
preguntaba: ¿Cuándo seré monje y compartiré la prosperidad de esos afortunados? ¿Cuándo cesará mi
corazón de ansiar los platos que ellos saborean y el vino que beben? ¿Cuándo dejaré de temblar de miedo
ante mi superior?. Pero todas mis esperanzas fueron vanas, pues me mantuvieron en la misma situación; y
además de ocuparme del ganado, me obligaron a cargar pesadas piedras sobre los hombros y a cavar fosos
y vallas. Me mantenía en pie gracias a los escasos bocados de pan recibidos en pago a mi labor. No sabía
hacia dónde dirigirme, y los sacerdotes del convento me habían inducido a aborrecer todo lo que hacían.
Habían envenenado mi mente hasta que empecé a pensar que el mundo entero era un océano de
sufrimientos y miserias, y que el convento era el único puerto de salvación. Pero cuando descubrí el origen
de sus alimentos y oro, me alegré de no compartirlos. -Kahlil se recompuso y miró a su alrededor, como si
algo bello se hubiera revelado a sus ojos en aquella miserable cabaña. Rachel y Miriam permanecieron en
silencio y luego el joven prosiguió: -Dios, que me arrebató mi padre y me exilió en el convento como un
huérfano, no quiso que desperdiciara mi vida caminando a ciegas a través de un bosque peligroso; tampoco
quiso que fuera un mísero esclavo durante el resto de mi vida. Dios me abrió los ojos y oídos y me develó
la luz divina y me hizo escuchar a la Verdad cuando la Verdad hablaba.
Rachel pensó en voz alta:
-¿Acaso existe luz alguna, diferente de la del sol, que brille sobre la gente? ¿Son los seres humanos
capaces de comprender la Verdad?
-La luz verdadera es aquella que emana del hombre
-respondió Kahlil-, y que revela al alma los secretos del corazón, tornándola feliz y contenta con la vida.
La Verdad es como las estrellas: no surge sino de las tinieblas de la noche. La Verdad es como todas las
cosas bellas de este mundo: no revela sus deseos excepto a aquellos que sienten antes que nadie la
influencia de la falsedad. La Verdad es una dama generosa que nos enseña a conformarnos con nuestra vida
cotidiana y a compartir con nuestros semejantes la misma felicidad.
-Muchos son los que viven de acuerdo con su bondad
-respondió Rachel-, y muchos son los que creen que la compasión es la sombra de la Ley Divina revelada
al hombre; sin embargo, ellos no gozan de sus vidas, pues permanecen míseros hasta la muerte.
Kahlil replicó:
-Vanas son las creencias y enseñanzas que vuelven mísero al hombre, y falsa es la bondad que lo
conduce al sufrimiento y desesperanza, pues es el destino del hombre ser feliz en esta tierra y hallar el
camino hacia la felicidad y predicar su verdad dondequiera que vaya. Aquel que no halla el reino de los
cielos en esta vida no lo hallará jamás en la vida futura. No somos exiliados en esta tierra, sino inocentes
criaturas de Dios, prestas a aprender cómo adorar al espíritu eterno y sagrado, y descubrir en la belleza de
la vida los secretos ocultos en nosotros mismos. Ésta es la verdad que aprendí de las enseñanzas del
Nazareno. Ésta es la luz que surgió en lo íntimo de mi ser e iluminó los oscuros rincones del convento que
amedrentaban mi vida. Éste es el secreto oculto que los maravillosos campos y valles me revelaron cuando
estaba hambriento, sólo y gimiente a la sombra de los árboles.
Ésta es la religión que el convento debería divulgar, como Dios lo quiso, como Jesús lo enseñó. Cierto
día, con mi alma segura de las celestiales bellezas de la Verdad, me presenté bravamente ante los monjes
reunidos en el jardín, y critiqué su equivocado comportamiento diciéndoles: ¿Por qué pasáis vuestros días
en este sitio y os regocijáis con la condición de los pobres, saboreando el pan que ellos amasaron con el
sudor de sus cuerpos y las lágrimas de sus corazones? ¿Por qué vivís a la sombra del parasitismo y
segregados de los que necesitan instrucción? ¿Por qué priváis a la nación de vuestra ayuda? Jesús os ha
enviado para que seáis corderos entre los lobos: ¿qué os ha convertido en lobos entre corderos? ¿Es que
huís de la humanidad y del Dios que os creó? Si sois en verdad más buenos que aquellos que transitan el
sendero de la vida, deberíais acercaros a ellos y mejorar sus vidas; pero si pensáis que ellos son mejores
que vosotros, deberíais estar deseosos de aprender de ellos. ¿Por qué hacéis votos de pobreza, y luego
olvidáis lo que habéis prometido y vivís en el lujo? ¿Por qué juráis obedecer a Dios y luego os rebeláis
contra todo lo que significa la religión? ¿Por qué adoptáis la virtud como vuestro mandamiento cuando
vuestros corazones están llenos de pecado? Simuláis martirizar vuestros cuerpos cuando en realidad matáis
vuestras almas. Os comprometéis a abjurar de las cosas terrenas, mas vuestros corazones exudan avidez.
Hacéis que vuestros semejantes crean en vosotros pues os consideran sus maestros religiosos; en verdad,
sois como el ganado que se olvida de aprender por pastar en las verdes y hermosas praderas. Restituyamos
a los necesitados las vastas tierras del convento y devolvámosles la plata y el oro que les robamos.
Abandonemos nuestra reclusión y sirvamos al débil que nos concedió fortaleza, y purifiquemos la nación
que habitamos. Enseñemos a esta miserable nación a sonreír y a gozar de los privilegios celestiales, la
libertad y la gloria de la vida.
"Las lágrimas de nuestros semejantes son más bellas y están más próximas a Dios que la paz y la
tranquilidad a las que os habéis acostumbrado en este sitio. La compasión que conmueve el corazón de
nuestros prójimos es más suprema que la virtud oculta en los rincones más recónditos del convento. Una
palabra compasiva al débil criminal o la prostituta es más noble que las fútiles e interminables plegarias que
repetís automáticamente cada día en el templo.
En este punto del relato, Kahlil suspiró profundamente. Luego elevó los ojos hacia Rachel y Miriam y
dijo:
-Mientras decía todas estas cosas a los monjes, éstos me escuchaban con perplejidad, como si no
pudieran convencerse de que un joven se atreviera a pronunciar palabras tan audaces. Cuando terminé, uno
de los monjes se adelantó y me dijo con enfado: "¿Cómo te atreves a hablar de ese modo en nuestra
presencia?" Y otro rió y agregó: "¿Has aprendido esto de las vacas y los cerdos que cuidas en los campos?"
Y un tercero se irguió y me amenazó diciendo: "¡Serás castigado, hereje!" Luego se dispersaron como
huyendo de un leproso. Algunos se quejaron ante el superior, quien me mandó llamar al atardecer. Los
monjes se regocijaban por adelantado de mi sufrimiento, y el júbilo henchía sus rostros cuando ordenaron
azotarme y encarcelarme por cuarenta días y cuarenta noches. Me condujeron a una celda oscura donde
pasé los días yaciendo en una cueva que no me permitía ver la luz. No podía distinguir el fin de la noche
del comienzo del día, y no podía percibir nada, excepto a los insectos arrastrándose bajo mis pies. Nada
podía escuchar, salvo el sonido de los pasos, cuando me traían, tras largos intervalos, un mendrugo de pan
y un poco de agua mezclada con vinagre.
"Cuando salí de la prisión me encontraba débil y enfermo, y los monjes creyeron que me habían curado
de pensar, y que habían matado el deseo de mi alma. Pensaron que el hambre y la sed habían sofocado la
bondad que Dios depositó en mi corazón. Durante mis cuarenta días de soledad me esforcé por hallar un
método que ayudara a los monjes a ver la luz y a oír la verdadera melodía de la vida, pero todas mis
reflexiones fueron en vano, pues el velo espeso que los siglos habían tejido en sus ojos no podría rasgarse
en tan poco tiempo; y el mortero con el que la ignorancia había ensordecido sus oídos era demasiado sólido
y no podía romperse con el roce de suaves dedos.
Se hizo silencio un instante, y luego Miriam miró a su madre como pidiéndole permiso para hablar.
Entonces dijo:
-Debes haber hablado de nuevo a los monjes,,, ya que ellos eligieron una noche tan terrible para
desterrarte del convento. Deberían aprender a ser bondadosos aun con sus enemigos.
-Esta noche -respondió Kahlil-, mientras la atronadora tormenta y los aguerridos elementos luchaban en
el cielo, abandoné a los monjes reunidos junto al fuego, relatándose cuentos e historias humorísticas. Al
verme solitario, comenzaron a divertirse a costa mía. Yo leía los Evangelios y meditaba acerca de las bellas
palabras de Jesús que me hacían olvidar momentáneamente la cólera de la naturaleza y los beligerantes
elementos del cielo, cuando se me acercaron con intenciones de ponerme en ridículo. Los ignoré tratando
de ocupar mi mente y de mirar a través de la, ventana, pero ellos se enfurecieron, pues mi silencio acallaba
las risas de sus corazones y los sarcasmos de sus labios. Uno de ellos dijo:
¿Qué lees, Gran Reformador?. En respuesta a esta pregunta, abrí el libro y leí en voz alta el siguiente
trozo: "Pero al ver que muchos fariseos y saduceos acudían a su bautismo, él les dijo: Oh raza de víboras,
¿quién os ha aconsejado huir de la ira por venir? Traed pues ofrendas y arrepentios; y no penséis en deciros
a vosotros mismos Abraham es nuestro padre; pues yo os digo que Dios puede hacer que de estas piedras
nazcan los hijos de Abraham. También el hacha se clava en las raíces de los árboles; y todo árbol que no
produzca buenos frutos es derribado y arrojado al fuego".
Al leerles las frases de Juan el Bautis ta, los monjes enmudecieron como si una mano invisible
estrangulara sus espíritus, mas se revistieron de falso valor y comenzaron a reírse. Uno de ellos dijo:
'Hemos leído muchas veces esas frases, y no necesitamos que un pastor nos las recuerde'.
Entonces protesté: Si hubierais leído estas frases y hubierais comprendido su significado, los pobres
aldeanos no hubieran muerto de hambre y frío. Al decir esto, uno de los monjes me abofeteó como si yo
hubiera hablado pestes de los sacerdotes; otro me dio un puntapié y un tercero me arrebató el libro, y un
cuarto llamó al superior quien corrió apresurado, trémulo de ira. Gritó: 'Coged a este rebelde y echadlo de
este sitio sagrado, y dejad que la furia de la tormenta le enseñe obediencia. Arrojadlo a la intemperie y
dejad que la naturaleza sea un instrumento de la voluntad Divina, y luego purificad vuestras manos de los
gérmenes ponzoñosos de la herejía que infectan sus vestiduras. Y si regresa clamando perdón, no le abráis
las puertas, pues la víbora. que estuvo prisionera no se convierte jamás en paloma, ni la zarza prende si se la
planta en un viñedo'.
La orden se cumplió estrictamente, fui arrastrado hacia fuera del convento ante las risas de los monjes.
Antes de que cerraran la puerta detrás de mí, escuché que uno de ellos decía: 'Ayer eras el rey de las vacas
y los cerdos, y hoy estás destronado, oh Gran Reformador; ve ahora y erígete en rey de los lobos y
enséñales a vivir en sus cubiles'.
Kahlil suspiró profundamente, luego volvió el rostro hacia las llamas del fuego. Con voz dulce y
agradable, y con pálido semblante, dijo:
-Así fue cómo me desterraron del convento, y así fue cómo los monjes me dejaron librado a las garras de
la Muerte. Luché a ciegas a través de la negra noche; el fuerte viento rasgaba mi hábito y la nieve
acumulada aprisionaba mis pies, y continuó empujándome hasta que finalmente caí, gritando con
desesperación. Pensé que nadie me habría escuchado excepto la Muerte, pero un padre sabio y piadoso
había escuchado mi llamada. Ese poder no quis o que muriera sin antes saber qué queda de los secretos de la
vida. Ese poder fue el que os envió a salvar mi vida de las profundidades del abismo y de la nada.
Rachel y Miriam se sintieron como si sus espíritus comprendieran el misterio del alma del joven,
compartieron sus sentimientos y lo comprendieron. No pudiendo contenerse más, Rachel se inclinó y
tocándole tiernamente su mano mientras las lágrimas rodaban por su rostro, le habló:
-Aquel que ha sido elegido por los cielos como el defensor de la Verdad, no perecerá en manos de las
tormentas y la nieve de los mismos cielos.
-Las tormentas y la nieve pueden matar a las flores, pero no a las simientes, pues la nieve las protege de
la asesina escarcha
-agregó Miriam.
El rostro de Kahlil se iluminó al oír aquellas palabras de aliento.
-Si vosotras no me consideráis rebelde y hereje como los monjes me consideraron -dijo entonces-, la
persecución de que fui objeto en el convento es el símbolo de una nación oprimida que aún no ha logrado
alcanzar la madurez; y esta noche en que estuve al borde de la muerte es como la revolución que precede a
la justicia. Del corazón de una mujer sensible surge la felicidad de la humanidad, y de la bondad de su
noble espíritu el afecto que debe reinar entre los hombres.
Cerró los ojos y se recostó en la almohada; las dos mujeres no lo perturbaron con su conversación, pues
sabían que la larga exposición a la intemperie lo había extenuado. Kahlil durmió como un niño extraviado
que finalmente halla protección en brazos de su madre.
Rachel y su hija se encaminaron lentamente hacia sus lechos y allí se sentaron a observarlo, como si
hubieran hallado en ese rostro atormentado un imán que atrajera sus corazones.
-Sus ojos poseen una curiosa fuerza que habla en silencio y estimula los deseos del alma -susurró la
madre.
-Sus manos son, madre, como las de Cristo en el templo -dijo Miriam.
-En su rostro se funden la ternura de la mujer y la audacia del hombre -replicó la madre.
Y en alas del sueño las mujeres se trasladaron al mundo de la fantasía, y el fuego se extinguió hasta no
ser nada más que cenizas, mientras la luz de la lámpara de aceite se fue desvaneciendo hasta desaparecer.
Afuera la furiosa tempestad bramaba y los cielos tenebrosos arrojaban cúmulos de nieve que el viento
dispersaba por doquier.

IV

Cinco días habían pasado, y de los cielos aún descendía la nieve sepultando implacable montañas y
praderas. Kahlil intentó tres veces despedirse y proseguir su viaje hacia la llanura, pero Rachel lo detenía a
cada instante diciéndole:
-No ofrendes tu vida a los elementos enceguecidos, hermano; quédate aquí, pues el pan que alcanza para
dos también alimenta a tres, y el fuego que ardía antes de tu llegada seguirá ardiendo después de tu partida.
Somos pobres, hermano, pero al igual que el resto de las hombres, vivimos nuestras vidas de cara al sol y a
la humanidad, y Dios nos da el pan de cada día.
Y Miriam le rogaba con enternecedoras miradas y profundos suspiros, porque desde que el joven había
entrado a la choza, ella había sentido en su alma la presencia de un poder divino que colmaba de luz a su
corazón, y que despertaba renovados sentimientos en el santuario de su espíritu. Por primera vez
experimentaba el sentimiento que convirtió a su corazón en una rosa inmaculada que bebe las gotas de
rocío de la mañana y exhala su fragancia al vasto firmamento.
No hay afecto más puro y apacible para el espíritu que el que se oculta en el corazón de una doncella,
quien despierta súbitamente con el espíritu desbordante de la melodía celestial que transforma sus días en
poéticos sueños y llena sus noches de profecías. No hay secreto más bello y poderoso en el misterio de la
vida que ese vínculo que convierte el silencioso espíritu de una virgen en la perpetua vigilia que nos hace
olvidar el pasado, pues enciende en nuestros corazones una prodigiosa y a la vez abrumadora confianza en
el futuro inmediato.
Es la simpleza lo que distingue a las libanesas de las mujeres de cualquier otra nación. Las características
de su formación limitan el progreso de su educación y obstaculizan su futuro. Es por esta razón, sin
embargo, que a menudo se sorprende explorando las inclinaciones y los misterios de su corazón. La joven
libanesa es como una fuente que surge del centro mismo de la tierra, y sigue su curso entre sinuosas
depresiones, pero al no hallar salida al mar, se transforma en un lago de aguas apacibles en cuya creciente
superficie se reflejan los astros rutilantes. Kahlil percibió las vibraciones del corazón de Miriam enlazando
quedamente su alma, y supo que la antorcha divina que había iluminado su corazón también había rozado
el de ella. Se llenó de júbilo por primera vez, como un arroyo sediento se regocija con la lluvia, pero de
inmediato censuró su propia premura, pensando que esa comprensión espiritual se desvanecería como una
nube cuando partiera de la aldea. Con frecuencia se decía: "¿Qué misterio es éste que rige una parte tan
importante de nuestras vidas? ¿Qué Ley es ésta que nos arroja a un sendero pedregoso y nos detiene justo
antes de que veamos jubilosos el rostro del sol? ¿Qué poder es éste que sonriente y glorioso eleva nuestros
espíritus hasta la cima de las montañas, aunque luego nos despertemos gimientes y doloridos en las
profundidades del valle? ¿Qué vida es ésta que nos rodea hoy como un amante y mañana como un
enemigo? ¿No fui ayer perseguido? ¿No sobreviví al hambre y la sed y el sufrimiento y la desidia en aras
de la Verdad que los cielos han revelado a mi corazón? ¿Acaso no dije a los monjes que la felicidad que
proporciona el conocimiento de la Verdad es la voluntad y el propósito de Dios? ¿Entonces por qué este
miedo? ¿Y por qué cierro los ojos a la luz que emana de los de esa mujer? Soy un descastado y ella es
pobre, pero ¿es que sólo de pan vive el hombre? ¿Acaso no somos entre la escasez y la abundancia como
árboles entre invierno y verano? ¿Qué diría Rachel si supiera que mi corazón y el de su hija se comprenden
en silencio, y se aproximan al círculo de la Luz Suprema? ¿Qué diría si descubriera que el joven a quien
salvó anhela adorar a su hija? ¿Qué dirían los aldeanos simples si supieran que un joven desechado en un
convento llegó a su aldea movido por la necesidad y desea vivir junto a una hermosa doncella? ¿Me
escucharían si les dijera que aquel que abandona el convento para vivir con ellos es como el ave que
traspasa los sórdidos muros de su jaula y huye hacia la luz de la libertad? ¿Qué diría Sheik Abbas si oyera
mi historia? ¿Y qué dirían los sacerdotes de la aldea si supieran la causa de mi destierro?
Así hablaba Kahlil consigo mismo, sentado junto al fuego y contemplando las llamas, símbolo de su
amor. Y Miriam de vez en cuando lo miraba de soslayo, leyendo el río de sus pensamientos, y sintiendo la
intensidad de su amor, aún cuando no se pronunciara ni una sola palabra.
Una noche, mientras Kahlil permanecía en la pequeña ventana que daba al valle donde árboles y rocas
parecían cubiertos con blancas mortajas, Miriam se acercó y se detuvo junto a él, mirando el cielo. Cuando
sus ojos se encontraron, el joven suspiró profundamente y cerró los ojos como si su alma navegara por el
vasto firmamento en busca de una palabra. Descubrió que sobraban las palabras, pues el silencio hablaba
por ellos. Miriam se decidió a hablar:
-¿Hacia dónde irás cuando la nieve se deshaga en arroyos y se sequen los senderos?
El abrió los ojos, fijándolos más allá de la línea del horizonte, y explicó:
-Seguiré mi camino hacia dónde el destino y mi devoción por la Verdad me conduzcan.
Miriam sus piró. tristemente.
-¿Por qué no te quedas aquí y vives junto a nosotras?
-dijo-. ¿Es que acaso estás obligado a ir a otro sitio?
Se sintió llevado por esas palabras amables y tiernas, pero reaccionó
-Los aldeanos no aceptarían a un monje desterrado como yo, y no me permitirían respirar el aire que ellos
respiran, porque pensarían que todo enemigo del convento es un infiel, maldecido por Dios y los santos.
Miriam permaneció en silencio, pues la Verdad que la atormentaba le impedía continuar hablando. Luego
Kahlil se volvió y explicó:
-Los que tienen autoridad, Miriam, enseñan a estos aldeanos a odiar a todo el que tenga pensamientos
propios; se los instruye a permanecer apartados de aquellos cuya mente vuela con libertad; Dios no desea
ser alabado por el ignorante imitador de otros; si yo permaneciera en esta aldea y pidiera a sus habitantes
que alabaran a quien quisieran, dirían de mí que soy un infiel que desconoce la autoridad con que Dios
invistió al sacerdote. Si les pidiera que prestaran atención a la voz de sus corazones y que se comportaran
de acuerdo a los mandatos de sus almas, dirían que soy un malvado cuyo único propósito es alejarlos del
clero que Dios colocó entre el cielo y la tierra. -Kahlil fijó sus ojos en los de Miriam, y con voz semejante
al sonido de cuerdas de plata, dijo. -Pero Miriam, hay en esta aldea un mágico poder que me ha capturado y
se ha apoderado de mi alma.; un poder divino que me ha hecho olvidar los pesares. En esta aldea vi el
rostro de la Muerte cara a cara, y en este sitio mi alma abrazó el espíritu de Dios. Hay en esta aldea una
hermosa flor nacida del suelo árido; su belleza atrae mi corazón y su fragancia colma mis dominios. ¿Debo
abandonar esta inapreciable flor y salir a predicar las ideas que provocaron mi expulsión del convento, o
debo permanecer junto a esa flor y cavar una tumba y sepultar mis pensamientos y creencias entre las
espinas circundantes? ¿Qué debo hacer, Miriam?
Al oír estas palabras, Miriam se estremeció como el lirio ante la brisa juguetona del alba. Su corazón se
encendió a través de sus ojos cuando dijo con voz tré mula:
-Ambos estamos en manos de una misteriosa y despiadada fuerza. Dejemos que se cumpla su voluntad.
En -ese momento los dos corazones se unieron y poco después sus espíritus se fundían en una antorcha
encendida que iluminaba sus vidas.

V

Desde el principio de la creación y hasta nuestros días, ciertos clanes de heredadas riquezas, en
complicidad con el clero, se han erigido en administradores del pueblo. Es una herida antigua y honda en el
corazón de la sociedad que no podrá cicatrizar mientras exista la ignorancia.
Aquel que adquiere sus riquezas por herencia, construye su mansión con el menguado dinero de los
pobres. El clérigo erige su templo sobre las tumbas y los huesas de los devotos feligreses. El príncipe
maniata los brazos del labriego mientras el sacerdote le vacía los bolsillos; el gobernante contempla a los
hijos de los campos con el ceño fruncido, y el obispo los consuela con una sonrisa, y entre el ceñudo tigre y
el sonriente lobo perece el rebaño; el gobernante se erige en dueño de las leyes, y el sacerdote en ministro
de Dios, y entre ellos los cuerpos se destrozan y las almas se desvanecen en la nada.
En el Líbano, esa montaña rica de luz y pobre de conocimientos, el noble y el sacerdote aunaban
esfuerzos para explotar al labriego que trabajaba la tierra y cosechaba el cereal para protegerse de la espada
del gobernante y el castigo del sacerdote. El rico libanés se paró orgulloso junto a su palacio y llamó a la
multitud para decirles: "El Sultán me ha designado vuestro señor." Y el sacerdote de pie ante el altar, dice:
"Dios me ha escogido como guía de vuestras almas." Mas los libaneses permanecen en silencio, porque los
muertos no hablan.
Sheik Abbas era el amigo del alma de los sacerdotes, pues ellos eran sus aliados para reprimir la.
sabiduría del pueblo y revivir el espíritu de ciega obediencia entre los labriegos.
Aquella noche en que Kahlil y Miriam más se aproximaban al trono del Amor mientras Rachel los
contemplaba con mirada afectuosa, el Padre Elías informaba a Sheik Abbas que el superior del convento
había expulsado a un joven rebelde que había hallado refugio en casa de Rachel, la viuda de Samaan Ramy.
E insatisfecho con la escasa información que había proporcionado al Sheik comentó:
-El demonio que hemos expulsado del convento no podrá convertirse en ángel en esta aldea, así como el
árbol derribado y arrojado al fuego no da frutos mientras se quema. Si deseamos desterrar de la aldea a
animales e indeseables, debemos echarlo como hicieron los monjes.
-¿Estáis seguro de que el joven ejerce una nefasta influencia sobre nuestro pueblo? ¿No sería más
conveniente retenerlo y hacerlo trabajar en los viñedos? -inquirió el Sheik-. Necesitamos hombres fuertes.
El rostro del sacerdote reveló su desagrado. Mientras se acariciaba la barba con los dedos, dijo con
astucia:
-Si fuera apto para el trabajo, no hubiera sido expulsado del convento. Un estudiante que trabaja en el
convento y que anoche fue mi huésped por azar, me informó que este joven había violado las órdenes del
superior predicando ideas peligrosas entre los monjes. Lo citó diciendo: "Devolved a los pobres los campos
y viñedos y las riquezas del convento y esparcidlos a los cuatro vientos; y ayudad a aquellos que no tienen
instrucción; si hacéis esto, halagaréis al Padre que está en los Cielos."
Al escuchar estas palabras, Sheik Abbas se puso de pie violentamente, y como un tigre acechando a su
víctima, se fue hacia la puerta y llamó a los sirvientes ordenándoles que acudieran de inmediato.
Aparecieron tres hombres, a quienes el Sheik ordenó:
-En la casa de Rachel, la viuda de Samaan Ramy, hay un joven que viste hábito de monje. Apresadlo y
traedlo aquí. Si la mujer se resiste, cogedla de los cabellos, arrojadla a la nieve y traedla aquí, juntamente
con el joven, pues quien ayuda a la maldad es la maldad misma.
Los hombres se inclinaron respetuosamente y se encaminaron presurosos hacia la casa de Rachel,
mientras el Sheik y el sacerdote discutían acerca de la clase de castigo que impondrían a Kahlil y Rachel.

VI

El día había huido y la noche se habla instalado cubriendo de sombras las míseras chozas sumergidas en
la espesura de la nieve. Finalmente las estrellas poblaron el cielo, como la esperanza en la eternidad futura
puebla nuestra existencia después de experimentar la agonía de la muerte. Las puertas y ventanas estaban
cerradas, pero adentro las lámparas encendidas. Los labriegos se hallaban junto al fuego que caldeaba sus
cuerpos. Rachel, Miriam y Kahlil estaban sentados a la rústica mesa de madera comiendo su cena, cuando
se oyó un golpe en la puerta y tres hombres entraron. Rachel y Miriam se asustaron, pero Kahlil se.
mantuvo en calma, como si la llegada de los hombres no le sorprendiera. Uno de los sirvientes del Sheik se
dirigió hacia Kahlil, le apoyó las manos en los hombros y preguntó:
-¿Tú eres el que ha sido expulsado del convento? -Sí, soy yo. ¿Qué buscáis?
-Tenemos órdenes de arrestarte y de llevarte ante Sheik Abbas, y si te resistes te arrastraremos. -
respondió el hombre. Rachel palideció y exclamó:
-¿Qué crimen ha cometido, y por qué queréis atarlo y arrojarlo a la nieve?
Las dos mujeres clamaron con voz gimiente diciendo: -Es uno solo mientras vosotros sois tres, y es
propio de cobardes hacerlo sufrir.
El hombre se encolerizó y vociferó:
¿Es que existe mujer alguna en esta aldea que se oponga a las órdenes del Sheik?
Entonces extrajo una soga y comenzó a atar las manos de Kahlil. Kahlil levantó orgulloso el rostro, y una
apesadumbrada sonrisa pareció dibujársele en los labios cuando dijo:
-Siento pena pues sois un instrumento ciego y poderoso en manos de un hombre que oprime a los débiles
con la fuerza de vuestros brazos. Sois esclavos de la ignorancia. Ayer yo era como vosotros, pero mañana
vosotros seréis libres como yo lo soy ahora. Hay entre nosotros un abismo profundo que ahoga mi voz de
ruego y os oculta mi realidad. Eso os impide oír o ver. Aquí me tenéis, atad mis manos y haced lo que os
plazca.
Los tres hombres se conmovieron con sus palabras y parecía como si su voz hubiera despertado en ellos
un nuevo espíritu; pero la voz de Sheik Abbas aún resonaba en sus oídos conminándolos a completar su
misión. Ataron sus manos y lo condujeron en silencio hacia el exterior, sintiendo el peso de sus
conciencias. Rachel y Miriam los acompañaron hasta la casa del Sheik, como las hijas de Jerusalén
acompañaron a Cristo hasta el Calvario.

VII

Las noticias, tengan o no importancia, se divulgan rápidamente entre los habitantes de las pequeñas
aldeas, pues el estar alejados de la sociedad los hace comentar con ansiedad entre ellos los acontecimientos
de sus limitados dominios. En invierno, cuando los campos descansan bajo un manto de nieve y la vida
humana se refugia y se guarece junto al fuego, los aldeanos sienten la imperiosa necesidad de enterarse de
las últimas novedades para permanecer ocupados.
Poco después de que Kahlil fuera arrestado, la noticia se difundió entre los aldeanos como una epidemia.
Abandonaron sus cabañas como un ejército proveniente de todas las direcciones para dirigirse hacia la casa
del Sheik Abbas. Cuando Kahlil penetró en la casa del Sheik, el lugar ya estaba repleto de hombres,
mujeres y niños deseosos de echar una mirada al infiel que había sido expulsado del convento. También
estaban ansiosos por ver a Rachel y a su hija, quienes lo habían ayudado a contagiar la peste diabólica de la
herejía en el cielo puro de su aldea.
El Sheik sé ubicó en el asiento principal y junto a él se sentó el Padre Elías, mientras la muchedumbre
contemplaba al joven maniatado que valientemente permanecía ante sus ojos. Rachel y Miriam, de pie
detrás de Kahlil, temblaban de miedo. ¿Pero qué daño puede causar el miedo al corazón de una mujer que
halló la Verdad y siguió sus huellas? ¿Qué daño puede causar la desidia de la multitud al alma de una
doncella a quien ha sorprendido el Amor? Sheik Abbas miró al joven y lo interrogó con voz atronadora:
¿Cómo te llamas, hombre?
-Mi nombre es Kahlil -respondió el joven.
¿Quiénes son vuestros padres y familiares, y dónde nacisteis? -preguntó el Sheik.
Kahlil se volvió hacia los labriegos que lo miraban llenos de odio, y dijo:
-Los pobres y oprimidos son mi clan y familiares, y he nacido en esta vasta nación.
Sheik Abbas dijo, con un dejo de sorna:
Aquellos a quienes has reconocido como vuestros parientes piden que seáis castigado, y la nación que
has proclamado como vuestro lugar de nacimiento se opone a que forméis parte de su pueblo.
-Las naciones ignorantes castigan a sus mejores ciudadanos y los entregan a sus déspotas; y la nación
gobernada por un tirano, persigue a aquellos que tratan de liberar a su pueblo de las garras de la esclavitud.
¿Pero es capaz un buen hijo de abandonar a su madre si ella está enferma? ¿Puede el piadoso negar a su
hermano miserable? Esos pobres hombres que me arrestaron y me trajeron hoy hasta aquí son los mismos
que ayer se sometían a ti. Y esta tierra ilimitada que desconoce mi existencia es la misma que no traga ni
engulle a los ávidos déspotas.
El Sheik profirió una risa penetrante, como si quisiera desahuciar al joven e impedirle que influenciara a
la concurrencia. Se volvió hacia Kahlil y dijo tratando de impresionar:
- ¡Ah! cuidador de ganado, ¿acaso pensáis que seremos más clementes que los monjes que os expulsaron
del convento? ¿Acaso pensáis que nos compadeceremos de un peligroso agitador?
-Es verdad que he cuidado del ganado, pero me siento feliz de no ser carnicero. He conducido mis
rebaños a las ricas praderas y jamás pastaron en tierras áridas. Los he llevado a beber de los más cristalinos
manantiales y nunca a los apestados pantanos. Al atardecer regresaban a salvo a los establos y jamás los
abandonaba en los valles para que fueran presa de los lobos. Así he tratado a los animales; y si vosotros
hubierais seguido mi ejemplo y hubierais tratado a los seres humanos como yo traté a mis rebaños, esta
pobre gente no viviría en humildes cabañas ni sufriría los tormentos de la pobreza, mientras vosotros vivís
como Nerón en esta deslumbrante mansión.
La frente del Sheik relucía con gotas de sudor, y su contrariedad se transformó en ira, pero se esforzó por
mantener la calma simulando no prestar atención a las palabras de Kahlil, y señalándolo exclamó:
-Eres un hereje, y no escucharemos vuestras ridículas palabras; te hemos mandado traer para que seáis
juzgado como un criminal, y aquí estás en presencia del Amo de esta aldea investido como el representante
de vuestra Excelencia el Emir Ameen Shehad. Te hallas ante el Padre Elías, ministro de la Sagrada Iglesia a
cuyas enseñanzas te opones. Ahora, defiéndete o híncate de rodillas ante esta gente y te perdonaremos y
nombraremos cuidador de ganado, igual que cuando estabas en el convento.
-Un criminal no puede ser juzgado por otro criminal
-respondió Kahlil con tranquilidad-, así como el ateo no puede defenderse ante los pecadores. Kahlil miró
a la concurrencia y dijo: -Hermanos: el hombre a quien llamáis Señor de vuestros campos, y a quien así os
habéis sometido por largo tiempo, me ha traído para juzgarme a este edificio construido sobre las tumbas
de vuestros antepasados. Y aquel que se convirtió en pastor de vuestra iglesia con su fe, ha venido a
juzgarme y a ayudaros a humillarme y a aumentar mis sufrimientos. Os habéis apresurado a venir a este
sitio desde donde estuvierais para verme sufrir y clamar misericordia. Habéis abandonado vuestro hogares
para ver maniatado a vuestro hijo y hermano. Habéis venido a ver la presa estremeciéndose en. las garras
de una bestia feroz. Habéis venido aquí esta noche para regocijaros con el infiel que está de pie ante los
jueces. Yo soy el criminal y hereje expulsado del convento. La tempestad me trajo hasta vuestra aldea.
Escuchad mi defensa, y no seáis piadosos pero sí justos, pues la piedad se concede al criminal, mientras que
la justicia es la recompensa del inocente.
"Os selecciono ahora para que seáis mis jueces, pero la voluntad del pueblo es la voluntad de Dios.
Revivid vuestros corazones y escuchad atentamente y luego procesadme de acuerdo con lo que os dicte la
conciencia. Os han dicho que soy un infiel, pero no os han informado de qué crimen o pecado soy culpable.
Me habéis visto maniatado como un ladrón, pero nada sabéis de las calumnias de que fui objeto, sin
embargo los castigos surgen atronadores. Mi crimen, queridos compatriotas, es haber comprendido vuestra
desdicha, pues he sentido en carne propia el peso de las cadenas que os oprimen. Mi pecado es el sincero
pesar por vuestras mujeres; es la compasión por vuestros niños que beben de los pechos la vida mezclada
con la sombra de la muerte. Soy uno de vosotros, y mis antepasados habitaron estos valles y murieron bajo
el mismo yugo que ahora aprisiona vuestras cabezas. Creo en Dios que escucha el llanto de las almas
dolientes, y creo en las Escrituras que nos hermanan en el cielo. Creo en las enseñanzas que nos hacen
semejantes y que nos dejan en libertad sobre la tierra, donde transita cauteloso el Señor.
"Mientras cuidaba las vacas del convento, y contemplaba la sufriente condición que soportáis, escuché el
grito desesperado que venía de vuestras humildes moradas: el grito de almas oprimidas, el grito de
corazones ultrajados aprisionados en vuestros cuerpos como esclavos del señor de estos campos. Al mirar
me hallé en el convento y a vosotros en los campos, y os vi como a un rebaño persiguiendo al lobo que
huye hacia su cubil; y al detenerme en medio del camino para socorrer a las ovejas, pedí ayuda a gritos,
pero el lobo me atacó con sus afilados colmillos.
"He sobrevivido a la prisión, al hambre y la sed en aras de la verdad que sólo hiere al cuerpo. He
padecido lo indecible porque transformé vuestros quejosos suspiros en voz enérgica que sacudió con su eco
los muros del convento.
Nunca sentí miedo ni cansancio porque vuestro doliente llanto inyectaba cada día renovada fuerza a mi
corazón rejuveneciéndolo. Podéis preguntaros: ¿Quién de nosotros ha pedido socorro alguna vez, y quién
se atreve a despegar los labios? Pero yo os digo que vuestras almas gimen cada día y cada noche, aunque
vosotros no podéis oírlas, pues los que agonizan no pueden escuchar los latidos quejumbrosos de sus
corazones que sin embargo, son escuchados por quienes se encuentran a su lado. El ave mutilada, pese a
sus esfuerzos danza penosamente sin saber por qué, pero los testigos de esa danza conocen su origen. ¿En
qué momento del día no suspiráis dolorosamente? ¿Es acaso por la mañana, cuando el amo r a la vida,
rasgando el velo que cubre vuestros ojos, os llama para conduciros a los campos como esclavos? ¿Es acaso
al mediodía, cuando deseáis sentaros a la sombra de los árboles para protegeros del sol abrasador? ¿O es
acaso al atardecer, cuando regresáis hambrientos a vuestros hogares, anhelando un sustancioso plato de
comida en vez de un magro bocado y agua impura? ¿O por las noches, cuando la fatiga os arroja sobre
vuestras camas maltrechas, y ni bien el cansancio cierra vuestros párpados, volvéis a incorporaros
desvelados temiendo que la voz del Sheik retumbe en vuestros oídos? ¿En que estación del año no os
lamentáis de vuestra suerte? ¿Es acaso en primavera, cuando la naturaleza se viste primorosa y, salís a su
encuentro con harapientos vestidos? ¿O es en verano, cuando recogéis el trigo y el maíz y colmáis con ellos
los graneros de vuestro señor, para recibir en recompensa sólo heno y paja? ¿Es acaso en otoño, cuando
recogéis los frutos y lleváis las uvas al lagar, y recibís a cambio una jarra de vinagre y un saco de marlos?
¿O en invierno, cuando, confinados en vuestra cabañas sepultadas bajo la nieve, os sentáis junto al fuego y
tembláis cuando los cielos enfurecidos os conminan más allá del límite de vuestras mentes débiles?
"Ésta es la vida de los pobres; este es el llanto perpetuo que escucho. Esto es lo que impulsa a mi espíritu
a rebelarse contra los opresores y despreciar su conducta. Cuando pedí a los monjes que se apiadaran de
vosotros, pensaron que era ateo, y me respondieron con la expuls ión. Hoy he venido aquí a compartir con
vosotros esta vida de miserias, y a mezclar mis lágrimas con las vuestras. Aquí estoy, en las garras de
vuestro peor enemigo. ¿Habéis reparado en que esta tierra que trabajáis como esclavos les fue arrebatada a
vuestros padres cuando las leyes se escribían sobre el filo de la espada? Los monjes engañaron a vuestros
antepasados y los despojaron de campos y viñedos cuando las leyes religiosas se escribían en los labios de
los sacerdotes. ¿Qué hombre o mujer no está bajo las órdenes del Señor de los campos quien los conmina a
cumplir la voluntad de los sacerdotes? Dios dijo: 'Comeréis vuestro pan con el sudor de vuestras frentes'
Pero Sheik Abbas come el pan horneado con los años de vuestras vidas y bebe el vino que contiene
vuestras lágrimas. ¿Es que Dios eligió a este hombre entre vosotros mientras se hallaba en el vientre de su
madre? ¿O son acaso vuestros pecados los que os convirtieron en sus propiedades? Gratis habéis tomado y
gratis brindaréis... 'No acumuléis oro, ni plata ni cobre'. ¿Entonces qué designios permiten a los sacerdotes
vender sus plegarias a cambio de oro y plata? En el silencio de la noche, oráis diciendo: 'Danos el pan de
cada día'. Dios os ha dado esta tierra de la que extraéis el pan de cada día, pero ¿de qué autoridad ha
investido El a los monjes para que os roben esta tierra y este pan?
"Maldecís a Judas porque vendió a su Maestro por unas pocas monedas, pero bendecís a aquellos que lo
venden cada día. Judas se arrepintió y se colgó por su mala acción, pero estos sacerdotes se yerguen
orgullosos, usan hermosos atavíos resplandecientes de cruces que cuelgan de sus pechos. Enseñáis a
vuestros hijos a amar a Cristo y al mismo tiempo los instruís para que obedezcan a los que se oponen a Sus
enseñanzas y violan Sus leyes.
"Los apóstoles de Cristo fueron lapidados para reviviros en el Espíritu Santo, pero los monjes y
sacerdotes matan ese espíritu en vosotros para poder vivir a expensas de vuestra miserable condición. ¿Qué
os ha persuadido a vivir en este Universo una vida llena de miseria y opresión? ¿Qué os urge a hincaros
ante ese terrible ídolo que ha sido erigido sobre los cadáveres de vuestros padres? ¿Qué tesoros os reserváis
para vuestra posteridad?
"Vuestras almas se hallan a merced de los sacerdotes, y vuestros cuerpos aprisionados entre las garras de
los gobernantes. ¿Qué podéis señalar en la vida y decir: '¡esto es mío!'. Queridos compatriotas, ¿conocéis
acaso al sacerdote a quien teméis? Es un traidor que usa las Escrituras como una amenaza para apoderarse
de vuestro dinero... un hipócrita que lleva una cruz y la usa como una espada para cortaros vuestras venas...
un lobo disfrazado de cordero... un glotón que adora las mesas en lugar de los altares... una criatura
hambrienta de riquezas capaz de seguir al dinar hasta las más remotas regiones... un ladrón que hurta a las
viudas y los huérfanos. Es una extraña criatura, con pico de águila, garras de tigre, dientes de hiena y cuero
de víbora. Apoderaos del Libro y rasgad sus vestiduras, y arrancadle la barba y haced de él lo que os
plazca; luego colocad un dinar en su mano y os perdonará sonriente.
"Abofeteadlo y escupidle y pisad sobre su cuello; luego invitadlo a sentarse a bordo de vuestro barco.
Olvidará en el acto los agravios y cortará sus ataduras y llenará su estómago con vuestra comida.
"Maldecidlo y ponedlo en ridículo; luego enviadle una jarra de vino y una canasta de frutas. Se olvidará
de vuestros pecados. Cuando ve una mujer, se vuelve y dice: Aléjate de Mí, oh hija de Babilonia!' y luego
se dice a sí mismo en un susurro: 'El matrimonio es mejor que la codicia'. Cuando ve a los jóvenes hombres
y mujeres que acompañan la procesión del Amor, eleva los ojos al cielo y dice: 'Vanidad de vanidades,
¡todo es vanidad!' Y en soledad habla consigo mismo diciéndose: '¡Que las leyes y tradiciones que me
privan de la dicha de la vida sean abolidas!'
"Predica entre su pueblo diciendo: '¡No juzguéis hasta no ser juzgados!' Pero él juzga a todos aquellos
que aborrecen sus acciones y los manda al infierno antes de que la Muerte los separe de la vida.
"Cuando habla alza los ojos al cielo, pero al mismo tiempo sus pensamientos se arrastran como víboras
en vuestros bolsillos.
"Se dirige a vuestros hijos amados, pero su corazón está vacío de amor paternal, y sus labios no sonrieron
jamás a un niño, ni sus brazos sostuvieron jamás un pequeño.
"Os dice mientras sacude la cabeza: '¡Desprendámonos de las cosas terrenas, pues la vida es efímera
como las nubes'. Pero si lo miráis con detenimiento advertiréis que está fuertemente aferrado a la vida,
lamentando, el pasado fugaz, condenando al presente veloz, y aguardando temeroso el porvenir.
"Os conmina a ser caritativos cuando él desborda de riquezas, si vosotros garantizáis su pedido, os
bendecirá públicamente, mas si os rehusáis os condenará en secreto.
"En el templo os pide que ayudéis al necesitado,. mientras los necesitados rondan hambrientos su casa,
aunque él no pueda verlos ni oírlos.
"Vende sus plegarias, y aquel que no las compra es un descreído, desterrado del Paraíso.
"Ésta es la criatura a quien teméis. Éste es el monje que chupa vuestra sangre. Éste es el sacerdote que se
persigna con la diestra y os ahorca con la siniestra.
"Éste es el pastor que concebís como vuestro siervo, más él se erige en vuestro amo.
"Ésta es la sombra que rodea vuestras almas desde el nacimiento hasta la muerte.
"Éste es el hombre que vino a juzgarme esta noche, pues mi espíritu se había rebelado contra los
enemigos de Jesús el Nazareno quien a todos nos amó y nos llamó hermanos, y quién murió por nosotros
en la Cruz.
Kahlil sintió que los corazones de los aldeanos lo habían comprendido; su voz se aclaró y retomó la
palabra diciendo: Hermanos, bien sabéis que Sheik Abbas es el Amo de esta aldea reconocido por el Emir
Shebab, representante del Sultán y Gobernador de la Provincia, pero yo os pregunto si alguno de vosotros
ha visto el poder que reconoció al Sultán como el dios de la nación. Ese poder, compatriotas míos, no
puede ser visto, ni oído, pero podéis percibir su presencia en lo profundo de vuestros corazones. Es ese
poder que alabáis y honráis cada día diciendo: '¡Padre nuestro que estáis en los cielos!' Sí, vuestro Padre
que está en los cielos es quien nombró a reyes y príncipes, pues él es todopoderoso. ¿Pero pensáis acaso
que vuestro Padre, Quien os ama y os guía a través de Sus profetas por el sendero divino, desea que seáis
oprimidos? ¿Creéis acaso que Dios, Quien ha hecho brotar la lluvia de los cielos, y el trigo de las semillas
ocultas en el centro de la tierra, desea que sufráis el hombre para que otro hombre se regocije con Su
bondad? ¿Creéis que el Espíritu Eterno, Quien os revela el amor de las esposas, la pena de los niños y la
misericordia de nuestros semejantes, hubiera sido capaz de coronar a un tirano que os esclavice toda la
vida? ¿Creéis acaso que la Ley Eterna que embellece la vida, os enviaría a un hombre que os negara esa
felicidad y que os condujera a las oscuras antesalas de la Muerte? ¿Creéis que la fuerza física con que os
dotó la naturaleza, trasciende vuestros cuerpos para pertenecer a los ricos?
"No podéis creer estas cosas, porque si así lo hicierais estaríais negando la justicia de Dios que nos hizo a
todos iguales, y la luz de la Verdad que brilla sobre todos los habitantes de la tierra. ¿Qué os hizo luchar
contra vosotros mismos, corazón contra alma, y socorrer a aquellos que os esclavizaron si Dios os puso
libres sobre esta tierra?
"¿Os hacéis justicia cuando eleváis vuestros ojos al Dios Todopoderoso llamándolo Padre, para luego
volver el rostro e hincarse ante el hombre al que llamáis Señor?
"¿Os contentáis, hijos de Dios, con ser esclavos del hombre? ¿Acaso Cristo no os llamó hermanos? Sin
embargo, Sheik Abbas os llama siervos. ¿Es que Jesús no os creó libres en el Espíritu y la Verdad? Sin
embargo, el Emir os hizo esclavos de la corrupción y la vergüenza. ¿Es que Cristo no os glorificó para que
pudierais entrar al reino de los cielos? ¿Entonces por qué descendéis a los infiernos? ¿Es que El no iluminó
vuestros corazones? ¿Entonces porqué ocultáis vuestras almas en la oscuridad? Dios ha puesto en vuestros
corazones una antorcha encendida que resplandece de belleza y sabiduría, y que explora los secretos de las
noches y los días; es pecado extinguir esa antorcha y sepultarla bajo las cenizas. Dios ha dotado a vuestros
espíritus de alas para volar por el vasto firmamento del Amor y la Libertad; es doloroso que mutiléis las
alas con vuestras propias manos y que vuestros espíritus sufran arrastrándose como insectos sobre la tierra.
Sheik Abbas observaba consternado a los mudos aldeanos, e intentó interrumpirlo, pero Kahlil, inspirado,
continuó:
-Dios ha plantado en vuestros corazones la semilla de la Felicidad; es un crimen que arranquéis esa
semilla y la arrojéis despiadadamente a las rocas para que el viento las disperse y las aves las recojan. Dios
os ha dado hijos para que los criéis y les enseñéis la verdad y colméis sus corazones con lo más preciado de
la existencia. El quiere que les leguéis la dicha y las bondades de la Vida; ¿por qué es que son extranjeros
en el sitio donde nacieron y entumecidas criaturas ante el rostro del Sol? Un padre que hace de su hijo un
esclavo es un padre que da a su hijo una piedra cuando éste pide pan. ¿No habéis visto cómo las aves del
cielo enseñan a sus pequeños a volar? ¿Por qué entonces enseñáis a vuestros hijos a arrastrar las cadenas de
la esclavitud? ¿No habéis visto cómo las flores de los valles depositan las semillas en la tierra bañada por el
sol? ¿Entonces por qué confináis a vuestros hijos en la tenebrosa oscuridad?
El silencio reinó por un instante, y parecía como si la mente de Kahlil estuviera abrumada de dolor. Pero
esta vez, con voz débil y convincente continuó:
-Las palabras que pronuncio esta noche son las mismas que causaron mi expulsión del convento. Si el
señor de vuestros campos y el pastor de vuestra iglesia me atrapara y me matara esta noche, moriría en paz
y feliz de haber cumplido mi misión y de haberos revelado la Verdad que los demonios consideran un
crimen. Ahora he cumplido la voluntad de Dios Todopoderoso.
Había en la voz de Kahlil un mágico mensaje que atraía el interés de los aldeanos. La dulzura de sus
palabras había conmovido a las mujeres que lo consideraban el mensajero de la paz, y tenían los ojos llenos
de lágrimas.
Sheik Abbas y el Padre Elías se estremecían de ira. Al concluir, Kahlil se adelantó unos pasos y se acercó
a Rachel y Miriam. El silencio había ganado el estrado, y parecía como si el espíritu de Kahlil hubiera
ganado el vasto recinto y liberara las almas de la multitud del temor que Sheik Abbas y el Padre Elías les
infundía, mientras éstos temblaban culpables y perplejos.
El Sheik se puso de pie súbitamente, y los aldeanos pudieron ver la palidez de su rostro. Dirigiéndose a
los hombres que lo rodeaban les dijo:
-¿Qué ha sido de vosotros, perros? ¿Es que vuestros corazones han sido envenenados? ¿Es que vuestra
sangre ha dejado de circular y os ha debilitado de tal forma que no podéis saltar sobre este criminal y
destrozarlo? ¿Qué conjuro ha lanzado sobre vosotros?
Cuando terminó de reprenderlos, alzó la espada y se encaminó hacia el joven encadenado, pero un
robusto aldeano lo detuvo, y tomándolo fuertemente de las manos le dijo:
-Envaina tu espada, Señor, pues aquel que empuña la espada para matar, será muerto por ella.
El Sheik se estremeció visiblemente, y la espada cayó de sus manos. Dirigiéndose al hombre, dijo:
-¿Cómo se atreve un mísero a oponerse a su Señor y benefactor?
A lo que el hombre respondió:
-El siervo fiel no ayuda a su Señor a cometer crímenes; este joven no ha dicho sino la verdad.
Otro hombre se adelantó y afirmó:
-Este hombre es inocente y digno de honor y respeto. Y una mujer dijo en voz alta:
-No ha maldecido a Dios o a los santos; ¿por qué lo llamáis hereje?. Y Rachel preguntó:
-¿Qué crimen ha cometido?
-Eres rebelde, tú, viuda miserable -el Sheik gritó- has olvidado el destino de tu esposo que se rebeló seis
años atrás?
-Rachel se estremeció de dolor y cólera al oír estas impulsivas palabras, pues al fin había hallado al
asesino de su esposo. Ahogó las lágrimas y mirando a la multitud gritó:
-¡Aquí tenéis al criminal que habéis tratado de encontrar durante seis años; lo escucháis ahora confesar su
culpa! El es el asesino que ha ocultado su crimen. Miradlo y leed sus pensamientos; estudiadlo y observad
su terror; tiembla como la última hoja de un árbol en invierno. Dios os ha demostrado que el Señor a quien
siempre temisteis es un sangriento criminal. Me convirtió en viuda entre estas mujeres, y a mi hija en
huérfana entre estos niños.
Las frases pronunciadas por Rachel penetraron como un trueno el corazón del Sheik, y el rugido de los
hombres y la exaltación de las mujeres cayeron como tizones encendidos sobre él.
El sacerdote ayudó al Sheik a llegar hasta su asiento. Luego llamó a los siervos y les ordenó:
-¡Arrestad a esta mujer quien ha acusado falsamente a vuestro Señor de haber matado a su esposo;
encerrar a este joven en una oscura prisión, y cualquiera que se oponga es un criminal, y como éste joven
será excomulgado de la Santa Iglesia.
Los siervos inmutables mirando a Kahlil, quien aún estaba maniatado. Rachel se ubicó a la derecha y
Miriam a la izquierda de Kahlil, como un par de alas dispuestas a volar por el vasto cielo de la Libertad.
Con la barba temblándole de ira, el Padre Elías dijo:
-¿Renegáis de vuestro Señor por el bien de un descreído criminal y una desvergonzada adúltera?
Y el más anciano de los siervos le contestó:
-Hemos servido al Sheik Abbas durante largo tiempo a cambio de comida y protección, pero nunca
hemos sido sus esclavos, -después de decir esto, el siervo se despojó de sus vestiduras y turbante, los arrojó
a los pies del Sheik y luego agregó: -Ya nunca más necesitaré estas ropas, ni deseo que mi alma sufra en la
mezquina morada de un criminal.
Y todos los siervos hicieron lo mismo y se unieron a la multitud cuyos rostros irradiaban alegría, símbolo
de la Libertad y la Verdad. El Padre Elías vio que finalmente su autoridad se había debilitado, y abandonó
el recinto maldiciendo la hora en que Kahlil apareció en la aldea. Un homb re fuerte corrió presuroso a
desatar las manos de Kahlil, miró al Sheik quien se había desplomado como un cadáver en su asiento, y se
dirigió a él en estos términos:
-Este joven maniatado, a quien habéis traído aquí y juzgado como un criminal, ha elevado nuestros
espíritus e iluminado nuestros corazones con el espíritu de la Verdad y el Conocimiento. Y esta pobre viuda
a quien el Padre Elías llamó falsa acusadora nos ha revelado el crimen que habéis cometido seis años atrás.
Vinimos aquí esta noche para ser espectadores del juicio de un alma noble e inocente. Ahora, el cielo nos
ha abierto los ojos y nos ha mostrado las atrocidades que has cometido, te abandonaremos e ignoraremos y
dejaremos que el cielo haga su voluntad.
Muchas voces se elevaron en la sala, y podía oírse a un hombre que decía:
-Abandonemos este pérfido lugar y regresemos a nuestros hogares.
Y otro aseguraba:
-Sigamos a este joven hasta la morada de Rachel y escuchemos sus atinadas palabras y su inmensa
sabiduría. Mientras un tercero decía:
Busquemos su consejo, pues él sabe de nuestras necesidades.
Y un cuarto gritaba:
-Si queremos hacer justicia, vayamos ante el Emir y acusemos a Abbas del crimen que ha cometido.
Y muchos exclamaban:
-Pidamos al Emir que designe a Kahlil nuestro Amo y Señor, y digamos al Obispo que el Padre Elías era
su cómplice. Mientras las voces se elevaban y descendían en los oídos del Sheik como aguzadas flechas,
Kahlil alzó su mano y tranquilizó a los aldeanos diciéndoles:
"Hermanos, no os apresuréis; escuchad y meditad. Yo os ruego, en nombre del amor y la amistad que nos
une, que no vayáis ante el Emir, pues no hallaréis justicia. Recordad que un animal feroz no muerde a su
igual; ni debéis ir ante el obispo, pues él bien sabe que la casa agrietada acaba por derrumbarse. No pidáis
al Emir que me designe amo de esta aldea, pues el siervo fiel no desea servir al despiadado Señor. Si soy
merecedor de vuestro amor y amistad, dejad que viva entre vosotros y comparta con vosotros la felicidad y
los pesares de esta Vida. Unamo s nuestras manos y trabajemos juntos en el campo y el hogar, porque si no
puedo ser uno de vosotros sería un hipócrita que no vive de acuerdo a lo que pregona. Y ahora, así como el
hacha se clava en las raíces del árbol, abandonemos a Sheik Abbas ante el tribunal de su conciencia y ante
la Suprema Corte de Dios, cuyo sol brilla sobre inocentes y criminales por igual.
Después de decir esto, abandonó el lugar, y la multitud lo seguía como si una fuerza divina en él atrajera
sus corazones. El Sheik se quedó solo en medio del silencio abrumador, como una torre en ruinas que sufre
en calma su derrota. Cuando la multitud llegó al patio de la iglesia iluminado por la luna oculta entre las
nubes, Kahlil les dirigió una mirada de amor como un buen pastor que cuida su rebaño. Movido por la
compasión hacia esos aldeanos que simbolizaban una nación oprimida, se sintió el profeta que ve a las
naciones de Oriente transitando esos valles y arrastrando almas vacías y apesadumbrados corazones. Alzó
ambas manos al cielo y dijo:
-Desde las profundidades de estos abismos te invocamos. Oh Libertad. ¡Escucha nuestra voz! Desde las
tinieblas extendemos nuestras manos, ¡Oh Libertad! ¡Míranos! ¡Desde las cumbres nevadas te glorificamos
y creemos en ti, Oh Libertad! ¡Ten piedad de nosotros! Ante tu glorioso trono estamos de pie, con las
vestiduras manchadas con la sangre de nuestros antepasados, con nuestras cabezas cubiertas con el polvo
de las tumbas mezclado con sus restos mortales, empuñando la espada que atravesó sus corazones,
profiriendo la canción de nuestra derrota cuyo eco retumbó entre los muros de la prisión, y repitiendo las
plegarias surgidas de lo profundo de los corazones de nuestros padres. ¡Escúchanos, oh Libertad! Desde el
Nilo al Eufrates se propaga el lamento de las almas sufrientes, aunadas con el llanto de los abismos; y
desde los confines de Oriente hasta las montañas del Líbano los pueblos te tienden las manos trémulas ante
la presencia de la Muerte. Desde las costas de los mares a los confines del Desierto, te miran ojos colmados
de lágrimas. ¡Ven, oh Libertad, y sálvanos!
"En las míseras chozas que inmersas en la sombra de la pobreza y la opresión, golpeamos nuestros
pechos clamando misericordia; obsérvanos, oh Libertad y ten compasión de nosotros. Desde los caminos y
los maltrechos hogares los jóvenes te reclaman; en las iglesias y mezquitas, el Libro olvidado se vuelve
hacia ti; en las cortes y los palacios, las Leyes menospreciadas apelan a tu juicio. Ten misericordia de
nosotros, oh Libertad, y sálvanos. En nuestras calles estrechas el mercader vende sus días para ganar el
tributo a los explotadores ladrones de Occidente, pero nadie lo aconseja. En los infértiles campos los
labriegos aran la tierra plantan las semillas de sus corazones y las riegan con sus lágrimas, pero no recogen
nada más que espinas y nadie les enseña el verdadero sendero. Por nuestras áridas planicies vaga descalzo y
hambriento el beduino, pero nadie se apiada de él; ¡habla, oh Libertad, y enséñanos! Nuestras enfermas
ovejas pastan en las praderas sin hierbas, nuestros becerros roen las raíces de los árboles, y nuestros
caballos se alimentan de los secos pastizales. Ven, oh Libertad, y ayúdanos. Desde el principio de los
tiempos hemos vivido en las tinieblas, y somos llevados como prisioneros de una celda a otra, mientras el
tiempo se mofa de nuestra condición. ¿Cuándo llegará el día? ¿Hasta cuándo soportaremos el escarnio de
los siglos? Muchas piedras hemos acarreado, y muchas cadenas han aprisionado nuestros cuellos. ¿Hasta
cuándo soportaremos este ultraje humano? La esclavitud egipcia, el exilio de Babilonia, la tiranía de Persia,
el despotismo de los romanos, la avidez de Europa... por todo esto hemos sufrido. ¿Hacia dónde vamos
ahora, y cuándo llegaremos a los sublimes confines de este sendero pedregoso? De las garras del faraón a
las de Nabucodonosor, a las garras de hierro de Alejandro, a la espada de Herodes, a los talones de Nerón, a
los afilados colmillos del Demonio... ¿en qué manos caeremos ahora, y cuándo vendrá la Muerte a
llevarnos para que al fin podamos descansar?
"Con la fuerza de nuestros brazos erigimos las columnas del templo, y sobre nuestras espaldas
acarreamos la argamasa con la que levantamos los grandes muros y las inexpugnables pirámides en aras de
la gloria. ¿Hasta cuándo continuaremos erigiendo tan magníficos palacios y viviendo en chozas miserables?
¿Hasta cuándo seguiremos colmando de provisiones los graneros de los ricos, mientras nosotros nos
conformamos con magros bocados? ¿Hasta cuándo continuaremos hilando la lana y la seda de nuestros
amos y señores mientras nosotros no usamos sino harapos y remiendos?
"Por la perversidad de los poderosos estamos divididos; y con el fin de permanecer en el trono y estar en
paz, armaron a los drusos contra los sunitas, y empujaron a los curdos en contra de los beduinos, y
alentaron a los mahometanos para que lucharan contra los cristianos. ¿Hasta cuándo deberán seguir
matándose entre hermanos sobre el pecho mismo de sus madres? ¿Hasta cuándo permanecerá la Cruz
alejada de la luna creciente en el reino de Dios? Oh, Libertad, óyenos, y habla por el bien de una sola
criatura; porque un gran fuego se enciende con una sola chispa. Oh, Libertad, basta que despiertes un solo
corazón con el susurro de tus alas, pues de una sola nube surge el relámpago que ilumina las profundidades
de los valles y las cumbres de las montañas. Dispersa con tu poder estos negros nubarrones y desciende
como el trueno para destruir los imperios que fueron levantados sobre los huesos y calaveras de nuestros
antepasados.
"Escúchanos, oh Libertad;
Apiádate de nosotros, oh Hija de Atenas;
Rescátanos, oh Hermana de Roma;
Aconséjanos, oh Compañera de Moisés;
Ayúdanos, oh Amada de Mahoma;
Enséñanos, oh Novia de Jesús;
Fortalece nuestros corazones para que podamos vivir,
O fortifica a nuestros enemigos para que podamos perecer
Y vivir en paz eternamente.
Mientras Kahlil vertía sus sentimientos ante el cielo, los aldeanos lo observaban respetuosamente, y su
amor surgía al unísono con la melodía del bienhechor hasta que sintieron que él empezaba a formar parte
de sus corazones. Después de una breve pausa, Kahlil volvió los ojos hacia la multitud y dijo quedamente:
-La noche nos ha conducido hasta la mansión de Sheik Abbas para que descubriéramos la luz del día; la
opresión se ha apoderado de nosotros en el frío Espacio para que nos comprendiéramos unos a otros y nos
reuniéramos como polluelos bajo las alas del Espíritu Eterno. Regresemos ahora a nuestros hogares y
durmamos hasta que la luz del nuevo día nos vea reunidos.
Después de haber dicho esto, se alejó siguiendo a Rachel y Miriam hasta su mísera cabaña. La
muchedumbre se dispersó y cada uno se dirigió a su hogar, meditando sobre lo que habían visto y oído
aquella noche memorable. Sentían que la antorcha encendida de un nuevo espíritu iluminaba sus espíritus y
los conducía por el sendero de la verdad. Una hora después todas las luces se habían extinguido y el
silencio envolvió la aldea, mientras el letargo llevaba las almas de los labriegos al mundo de los sueños;
pero Sheik Abbas no consiguió dormir en toda la noche, pues permaneció observando los fantasmas de las
tinieblas y la procesión de los horribles espectros de sus crímenes.

VIII

Habían transcurrido dos meses y Kahlil aún predicaba y vertía sus sentimientos en los corazones de los
aldeanos, recordándoles sus derechos usurpados y mostrándoles la avidez y la opresión que dominaba a
monjes y gobernantes. Lo escuchaban con atención, pues era una fuente de alegría; sus palabras caían en
sus corazones como gotas de lluvia sobre la tierra sedienta. Repetían en soledad los dichos de Kahlil, junto
con sus plegarias de cada día. El Padre Elías comenzó a acecharlos para reconquistar su amistad; se había
vuelto manso desde que los aldeanos habían descubierto que era cómp lice de los crímenes del Sheik, pero
los labriegos lo ignoraban.
Sheik Abbas sufría una crisis nerviosa y recorría su mansión como un tigre enjaulado. Daba órdenes a
sus siervos, pero nadie respondía excepto el eco de su propia voz que le devolvían los muros de mármol.
Gritaba a sus hombres, pero ninguno acudía a socorrerlo, salvo su pobre esposa, víctima al igual que los
aldeanos de sus actos de crueldad. Cuando llegó la Cuaresma y los Cielos anunciaron la llegada de la
Primavera, los días del Sheik se ext inguieron como el invierno fugaz. Murió tras una larga agonía y su alma
fue transportada sobre el manto de sus acciones para comparecer trémula y desnuda ante ese Trono
Supremo cuya presencia sentimos aunque no podamos ver. Muchas historias sobre la muerte del Sheik
llegaron hasta los oídos de los labriegos; algunas relataban que el Sheik había muerto loco, mientras otras
insistían en que el desengaño y la desesperación lo habían llevado a morir víctima de su propia mano. Pero
las mujeres que fueron a ofrecer sus condolencias a la esposa, declararon que el Sheik había muerto de
miedo, porque el espectro de Samaan Ramy lo acechaba y lo conducía, cada medianoche, hacia el sitio
donde el cadáver del esposo de Rachel había sido hallado seis años antes.
El mes de Nisan proclamó entre los aldeanos los secretos amorosos de Kahlil y Miriam. Se alegraban de
los tenaces lazos que les aseguraban la permanencia de Kahlil en la aldea. Cuando la noticia llegó a oídos
de los habitantes de las chozas, todos se congratulaban por el advenimiento del amado Kahlil al vecindario.
Al llegar la época de la cosecha, los labriegos se internaron en los campos y recogieron el trigo y el maíz
que luego depositarían en las eras. Sheik Abbas ya no estaba allí para robarles la cosecha y ordenar que la
llevaran a sus graneros. Cada labriego recogió su propia porción de cereal; las cabañas de los aldeanos se
colmaron de trigo y maíz; sus barriles desbordaron de vino y aceite. Kahlil compartía con ellos la tarea y la
felicidad; los ayudaba a cosechar el cereal, a prensar las uvas y a recoger los frutos. No se distinguió jamás
del resto de los labriegos, excepto por el exaltado amor que les tenía y por su deseo de trabajar. Desde ese
año y hasta nuestros días cada labriego de la aldea comenzó á recoger dichoso lo que había sembrado con
su propio esfuerzo y trabajo. Las tierras que trabajaban y los viñedos que cultivaban se convirtieron en su
propiedad.
Hoy, a más de medio siglo de aquel incidente, los libaneses han despertado.
La belleza de la aldea, que surge como una novia junto al valle, atrapa la atención de todo viajero que va
camino de los Cedros Sagrados del Líbano. Las míseras chozas son ahora confortables y dichosos hogares
rodeados de fértiles campos y productivas huertas. Si preguntáis a cualquiera de los habitantes sobre la
historia del Sheik Abbas, os responderá apuntando hacia una pila de piedras derrumbadas y paredes
destruidas:
-Aquel es el palacio del Sheik y esta la historia de su vida.
Y si preguntáis por Kahlil, elevará sus brazos al cielo diciendo
-Allí reside nuestro amado Kahlil, cuya historia fue escrita por Dios sobre las páginas de nuestros
corazones con letras centelleantes que el tiempo no podrá borrar jamás.


EL LLANTO DE LOS SEPULCROS

I


El Emir entró en el estrado y se ubicó en la silla principal, mientras a su derecha e izquierda se
hallaban los hombres más destacados de la nación. Los guardias, armados con lanzas y espadas
permanecían firmes y erguidos, y los que habían venido a presenciar el juicio se pusieron de pie y
se inclinaron ceremoniosamente ante el Emir, cuyos ojos irradiaban un poder, que infundía horror
a sus espíritus y miedo a sus corazones. Al reinstaurarse el orden en la sala y al acercarse el
momento del juicio, el Emir elevó su mano y ordenó:
-Haced entrar a los criminales uno a uno y decidme qué crímenes han cometido.
La puerta de la prisión se abrió como la boca de un bostezante animal feroz. En los oscuros
rincones del calabozo podía oírse el eco de los grillos rechinando al unísono junto con los gemidos
y lamentos de los prisioneros. Los espectadores estaban ansiosos por ver a la presa de la Muerte
emergiendo de las profundidades de aquel infierno. Poco después irrumpieron dos soldados que
traían a un joven con las manos atadas tras su espalda. Su rostro severo denotaba nobleza de
espíritu y una gran fortaleza de corazón. Lo hicieron detenerse en el centro del estrado y los
soldados retrocedieron unos pocos pasos hacia el fondo de la sala. El Emir lo miró fija e
insistentemente y dijo:
-¿Qué crimen ha cometido este hombre que orgullosa y triunfalmente se halla ante mí?
Uno de los jueces respondió:
-Es un asesino; ayer mató a unos de los oficiales del Emir que se hallaba cumpliendo una
importante misión en una de las aldeas de los alrededores; aún sostenía la espada sangrienta
cuando fue arrestado.
El emir replicó con furia:
-Devolvedlo a la oscura prisión y sujetadlo con pesadas cadenas, y al amanecer decapitadlo con
su propia espada, y dejadlo abandonado en el bosque para que las bestias se alimenten con su
carne y el aire lleve las reminiscencias de su aroma hasta las narices de sus familiares y amigos.
El joven fue devuelto a la prisión mientras los presentes lo miraban apesadumbrados, pues era
un hombre joven en la plenitud de la vida.
Los soldados regresaron nuevamente de la prisión conduciendo a una joven mujer de belleza
delicada y etérea. Su pálido rostro denotaba las huellas de la opresión y el desconsuelo. Sus ojos
estaban empapados de lágrimas y su cabeza inclinaba bajo el peso del dolor. Después de
observarla con mirada penetrante, el Emir exclamó:
-Y esta demacrada mujer, de pie ante mí como la sombra junto a un cadáver, ¿qué ha hecho?
Uno de los soldados le respondió:
-Es una adúltera; su esposo la descubrió anoche en brazos de otro. Después que su amante hubo
escapado, el esposo la entregó a la justicia.
El Emir le observó mientras ella alzaba su rostro inexpresivo, y ordenó:
Devolvedla al oscuro cuarto y acostadla sobre un lecho de espinas para que pueda acordarse del
lugar de reposo que corrompió con su falta, dadle de beber vinagre mezclado con hiel para que
pueda recordar el sabor de aquellos dulces besos. Arrastrad al amanecer su cuerpo desnudo fuera
de la ciudad y lapidadla. Dejad que los lobos se regocijen con la tierna carne de su cuerpo y los
gusanos horaden sus huesos.
Mientras la mujer se encaminaba de nuevo a la celda oscura, la gente la miraba con lástima y
sorpresa. La justicia impartida por el Emir los había dejado atónitos y se lamentaban de la muerte
de la pobre mujer. Los soldados reaparecieron trayendo consigo a un hombre de rodillas
temblorosas y trémulo como un frágil arbolillo azotado por un viento norte. Parecía indefenso,
débil y asustado, y era pobre y miserable. El Emir lo escrutó con repugnancia e inquirió:
-Y este hombre inmundo que es como un muerto entre los vivos, ¿qué ha hecho?
Uno de los guardias respondió:
-Es un ladrón entró al monasterio y robó el cáliz sagrado que los sacerdotes hallaron sobre sus
ropas cuando fue arrestado.
El Emir lo miró como un águila hambrienta que mira a un pájaro de alas rotas, y dijo:
-Devolvedlo a la celda y encadenadlo, y llevadlo al amanecer hasta un árbol de gran altura, y
colgadlo entre el cielo y la tierra para que sus pecadoras manos perezcan. Y los miembros de su
cuerpo se conviertan en partículas arrastradas por el viento.
Mientras el ladrón regresaba tambaleándose a la prisión, los asistentes comenzaron a susurrar entre
ellos diciendo: "¿Cómo es que un hombre tan débil y hereje se atreve a robar el cáliz sagrado del
monasterio?."
En ese momento se levantó la sesión y el Emir, custodiado por los soldados, abandonó la sala
acompañado por todos los dignatarios, mientras que la concurrencia se dispersaba; la sala quedó
vacía excepto por los lamentos y gemidos de los prisioneros. Todo esto sucedió mientras yo
permanecía de pie como un espejo en el que reflejaba el paso de los fantasmas. Meditaba acerca de
las leyes, hechas por el hombre para el hombre, contemplando aquello que las gentes llaman
"justicia", y absorto en profundos interrogantes sobre los secretos de la vida. Traté de comprender el
sentido del universo. En mi confusión, me hallaba perdido como el horizonte que se desvanece más
allá de la nube. Mientras abandonaba el lugar, me dije: "El vegetal se nutre de los elementos de la
tierra, `la oveja come el vegetal, el lobo devora la oveja, y el toro mata al lobo, mientras que el león
devora al toro. Sin embargo, la Muerte reclama al león. ¿Es que acaso existe algún poder que venza a
la Muerte y haga eterna justicia con estas brutalidades? ¿Es que acaso existe una fuerza capaz de
convertir a todas las cosas horribles en hermosos objetos? ¿Hay acaso algún poder supremo que
pueda asir con sus manos todos los elementos de la vida y abrazarlos dichosamente, así como el mar
absorbe dichoso las aguas de todos los arroyos? ¿Es que acaso existe algún poder capaz de arrastrar
al asesino y al asesinado, al adúltero y a la adúltera, al ladrón y al despojado, y de llevarlos ante una
corte más excelsa y suprema que la corte del Emir?

II

Al día siguiente dejé la ciudad para dirigirme al campo, donde el silencio revela al alma 1 o que
ella anhela, y donde los cielos puros matan los gérmenes de la desesperanza que la ciudad alimenta
con sus calles estrechas y sus lugares oscuros. Al llegar al valle, vi una bandada de cuervos y buitres
ascendiendo y descendiendo, colmando el cielo de graznidos, y de los silbidos y susurros de sus
alas. Mientras caminaba, vi ante mí el cuerpo de un hombre colgado en lo alto de un árbol, el de una
mujer muerta que yacía desnuda sobre un montículo de piedras, y el cadáver de un joven decapitado,
cubierto con una mezcla de sangre y tierra. Fue una visión horrible que cegó mis ojos cubriéndolos
con un denso y oscuro velo de tristeza. Miré en todas direcciones pero nada vi, salvo el espectro de
la Muerte de pie ante aquellos restos fantasmales. No se oía nada excepto el gemido de lo inexistente
mezclado con los graznidos de los cuervos revoloteando sobre las víctimas de la ley humana. Tres
seres humanos, ayer en el regazo de la Vida, hoy víctimas de la Muerte por haber infringido las
reglas de la sociedad. Cuando un hombre mata a otro, la gente dice que es un asesino, pero cuando es
el Emir quien lo mata, el Emir es justo. Cuando un hombre roba a un monasterio, dicen de él que es
un ladrón, pero cuando el Emir le roba la vida, el Emir es un hombre honorable. Cuando una mujer
traiciona a su esposo, dicen de ella que es una adúltera, pero cuando el Emir la hace caminar desnuda
por las calles y luego la manda lapidar, el Emir es un hombre noble. Está prohibido el
derramamiento de sangre, pero... ¿quién lo convirtió en un acto lícito para el Emir? Robar el dinero de
otro es un crimen, pero robarle la vida es un acto noble. Engañar a un esposo puede ser un acto cruel, pero
las almas vivientes lapidadas ofrecen un maravilloso espectáculo. ¿Reuniremos el mal con el mal y
diremos que esta es la Ley? ¿Lucharemos contra la corrupción más vil y diremos que esta es la Regla?
¿Venceremos al crimen con más crímenes y diremos que esto es justicia? ¿Acaso el Emir no había
matado a su enemigo, y robado el dinero y las posesiones de los débiles? ¿Acaso él mismo no había
cometido adulterio? ¿Era un hombre sin faltas cuando mató al asesino y colgó al ladrón y lapidó a la
adúltera? ¿Quiénes son aquellos que colgaron del árbol al ladrón? ¿Acaso son ángeles del cielo o son
hombres saqueando y usurpando? ¿Quién decapitó al asesino? ¿Son profetas divinos, o soldados que
derraman sangre donde quiera que vayan? ¿Quién lapidó a aquella adúltera? ¿Eran virtuosos ermitaños
venidos desde sus monasterios, o seres qué gozaban cometiendo atrocidades, bajo la protección de una
Ley retrógrada? ¿Qué es la ley? ¿Quién la ha visto descender como el sol desde los inmensos cielos?
¿Quién ha visto el corazón de Dios y ha descubierto su propósito y voluntad? ¿En qué siglo fue que los
ángeles predicaron entre la gente, diciéndoles: "Prohibid al débil disfrutar de la vida, y matad al villano
con el filo de la espada, y aplastad a los pecadores con pies de hierro?".
Mientras estos pensamientos me hostigaban, escuché el susurro de unos pasos sobre el césped. Me
mantuve expectante y vi a una joven mujer que se acercaba entre los árboles; miró cuidadosamente hacia
uno y otro lado antes de aproximarse a los tres cadáveres que allí había. Enseguida sus ojos se posaron en
la cabeza del joven decapitado. Gritó horrorizada, se hincó y la rodeó con brazos trémulos; luego
comenzó a derramar lágrimas y a acariciar los cabellos enrolados y cubiertos de sangre con sus dedos
suaves, llorando con una voz que emanaba del fondo de un corazón destrozado. Ya no podía soportar lo
que veían sus ojos. Arrastró el cuerpo hasta un hoyo y colocó suavemente la cabeza entre los hombros;
cubrió completamente el cuerpo con tierra, y clavó sobre el sepulcro la espada con la que había sido
decapitado el joven.
Mientras se alejaba caminé hacia ella. Se estremeció al verme; sus ojos estaban velados por las
lágrimas; Suspiró y dijo;
-Llevadme ante el Emir si lo deseáis; prefiero morir y seguir a aquel que salvó mi vida de las garras de
la desgracia, antes que dejar que este cuerpo sirva de alimento a las bestias feroces:
-No tengas miedo de mí -le respondí-, pobre criatura, pues yo he llorado al joven antes que tú lo
hicieras. Pero dime, ¿de qué forma te salvó de las garras de la desgracia?
-Uno de los oficiales del Emir vino hasta nuestra granja a cobrar los impuestos -respondió ella, con voz
lánguida y ahogada-, al verme, me clavó la vista como un lobo a una oveja. Impuso a mi padre un tributo
tan pesado que ni siquiera un rico podría pagar. Me arrestó para llevarme ante el Emir como rehén a
cambio del oro que mi padre no podía pagar. Le rogué que me liberara, pero desoyó mis ruegos pues era
un hombre despiadado. Entonces clamé que alguien me ayudara, y este joven que ahora está muerto, vino
a socorrerme salvándome de morir en vida. El oficial intentó matarlo, pero el joven cogió una vieja
espada colgada en la pared de nuestra casa y le dio muerte. El no huyó como un criminal, sino que
permaneció junto al cuerpo del oficial hasta que la justicia vino a arrestarlo.
Después de haber pronunciado estas palabras que hubiera hecho sangrar de tristeza a cualquier corazón
humano, la joven mujer desvió el rostro y se marchó.
Un momento después, vi que un joven se acercaba con el rostro oculto por un manto. Al aproximarse al
cadáver de la adúltera, se quitó la prenda y cubrió con ella al cuerpo desnudo. Luego extrajo una daga que
llevaba oculta bajo el manto e hizo un hoyo en el que colocó el cuerpo de la joven muerta con ternura y
delicadeza, cubriéndolo de tierra y lágrimas derramadas. Después de hacer esto, arrancó algunas flores y
las colocó respetuosamente sobre el tosco sepulcro. Estaba comenzando a alejarse, pero lo detuve y le
dije:
-¿Qué parentesco le une a esta adúltera? ¿Y que fue lo que le indujo a arriesgar su vida viniendo aquí a
proteger el desnudo cuerpo de las bestias feroces?
Al mirarme fijamente, noté que sus ojos reflejaban su desdicha. Entonces dijo:
-Yo soy el hombre infortunado por cuyo amor esta mujer fue lapidada: la amé y me amó desde que
éramos niños; crecimos juntos; el Amor, al que servimos y veneramos, era el amor de nuestros corazones.
El amor nos unió y rodeó a nuestras almas. Cierto día me ausenté de la ciudad, y al regresar descubrí que
su padre la había obligado a casarse con un hombre a quien no amaba. Mi vida se convirtió en una lucha
continua, y todos mis días se fundieron en una sola noche larga y oscura. Traté de apaciguar mi corazón,
pero él se resistía. Finalmente fui a verla a escondidas, y mi único propósito era mirar fugazmente sus
hermosos ojos y escuchar el sonido dulce de su voz. Al llegar a su casa. La encontré lamentando, en
soledad, su destino infortunado. Me senté junto a ella; el silencio era nuestra importante conversación y la
virtud nuestra compañía. Una hora apacible de comprensión había transcurrido cuando su esposo entró a
la casa. Le sugerí cautelosamente que se contuviera, pero él, apretándola con ambas manos, la arrestó
hasta la calle, y vociferó:
"- ¡Venid, venid a ver a la adúltera y a su amante!
"Todo el vecindario se precipitó al lugar. Poco después vino la justicia para llevarla ante el Emir, pero
los soldados me ignoraron. La ignorancia de las Leyes y la rigidez de las costumbres castigaron a la mujer
por el error de su padre, y perdonaron al hombre.
Después de haber hablado así, el hombre se marchó hacia la ciudad, mientras yo permanecí
contemplando, el cuerpo del ladrón suspendido en lo alto de aquél árbol, balanceándose levemente cada
vez que el viento sacudía las ramas, y como si esperara que alguien lo bajara y lo extendiera sobre el
pecho de la tierra junto al Defensor del Honor y al Mártir del Amor. Una hora después, apareció una
llorosa mujer de aspecto frágil y desdichado. Se detuvo ante el ahorcado y oró respetuosamente. Luego
trepó al árbol con dificultad y mordió la soga con sus dientes hasta cortarla. El cuerpo inerte cayó al suelo
como' un enorme trapo mojado Entonces ella descendió del árbol, cavó un hoyo y enterró al ladrón junto
a las otras dos víctimas. Después de cubrirlo de tierra, tomó dos trozos de madera y confeccionó una cruz
que colocó sobre la cabeza del Muerto. Al volver el rostro para encaminarse hacia la ciudad, le detuve y
le dije:
-¿Qué fue lo que la ha movido a venir y enterrar este ladrón?
Me miró con desdicha y dijo:
-Es mi fiel esposo y compasivo compañero; es el padre de mis hijos: cinco muertos de hambre; el
mayor tiene ocho años y el menor es apenas un lactante. Mi esposo no era un ladrón, sino un granjero que
trabajaba en las tierras del monasterio, y comíamos lo poco que los monjes y sacerdotes le daban cuando
volvía a casa al anochecer. Trabajó para ellos desde muy joven, y cuando ya no pudo trabajar más lo
despidieron, aconsejándole que regresara a su hogar y que enviara sus hijos reemplazando en cuanto
crecieran. Les rogó que les permitieran quedarse en nombre de Jesús y de los ángeles del cielo, pero ellos
desoyeron sus ruegos. No se apiadaron de él ni de sus hambrientos hijos que lloraban desconsoladamente
clamando alimentos. Fue a la ciudad en busca de trabajo, mas en vano, pues los ricos sólo emplean
hombres fuertes y saludables. Entonces se sentó en la polvorienta acera y extendió la mano a todo el que
pasaba, rogando y repitiendo la sórdida canción de su fracaso en la vida, sufriendo de hambre y
humillación. Pero la gente rehusó ayudarlo, pues decía que los haraganes no merecen limosnas. Una
noche, el hambre atormentó angustiosamente a nuestros hijos, especialmente al menor que trataba de
mamar de los pechos ya secos. La expresión de mi esposo cambió, y abandonó la casa bajo el manto de la
noche. Entró al granero del monasterio y tomó un saco de trigo. Al salir, los monjes, recién despertados,
lo azotaron despiadadamente y luego lo arrastraron. Al amanecer lo llevaron ante el Emir y lo
acusaron de haber entrado al monasterio a robar el cáliz de oro del altar. Fue encarcelado y ahorcado
al día siguiente. Sólo trató de llenar los estómagos de sus pequeños hijos hambrientos con el trigo
que había sembrado con su propio esfuerzo, pero el Emir lo mató utilizó su carne para llenar los
estómagos de las aves y las bestias.
Después de hablar de este modo, se alejó, dejándome solo y en un estado calamitoso.

III

Permanecí de pie ante los sepulcros como un orador que enmudece mientras trata de expresar
palabras de alabanza. No podía hablar, pero las lágrimas reemplazaban mis palabras y hablaban por
mi alma. Mi espíritu se reveló cuando intenté meditar mediante un segundo, pues mi alma es como
una flor que se cierra al atardecer, y que no exhala su fragancia cuando la noche se puebla de
espectros. Me pareció que la tierra que envolvía a las víctimas de la opresión en aquel sitio solitario
llenaba mis oídos con las tristes melodías de las almas afligidas, y me impedía hablar. Me aferré al
silencio, pero si la gente comprendiera lo que el silencio le revela, estaría tan próxima de Dios como
las flores del valle. Si las llamas de mi alma suspirante hubieran alcanzado los árboles, éstos
hubieran abandonado sus sitios y marchando con sus ramas como un poderoso ejército contra el
Emir, y derribando el monasterio sobre las cabezas de esos monjes y sacerdotes. Allí permanecí
contemplando los sepulcros recientes, mientras una agradable sensación de compasión y toda la
amargura de la tristeza brotaba de mi corazón: el sepulcro de un joven que sacrificó su vida en
defensa de una frágil doncella, cuya vida y honor había rescatado de las garras y los dientes de un
depravado; un joven que había sido decapitado en recompensa por su arrojo; y su espada había sido
clavada sobre el sepulcro por aquella a quien el joven había salvado, como un símbolo de heroísmo
ante el rostro del sol que brilla sobre el imperio abrumador por la estupidez y la corrupción. El
sepulcro de una joven mujer cuyo corazón se había encendido de amor antes de que su cuerpo fuera
arrebatado por la avidez, usurpado por la lujuria, y lapidado por la tiranía... Ella se mantuvo fiel
hasta la muerte; su amado depositó flores sobre el sepulcro para hablar, durante unos minutos que
iban marchitándose, de esas almas bendecidas y elegidas por el Amor entre aquellos a quienes las
cosas terrenas habían enceguecido y la ignorancia enmudecido. Y el último era el sepulcro de un
hombre desdichado, agobiado por el arduo trabajo de las tierras del monasterio, que clamó por
alimentos para calmar el hambre de sus pequeños y a quien le fue negado. Recurrió a la mendicidad,
pero la gente no le prestó ayuda. Cuando su alma lo guió a recobrar una pequeña porción de lo que él
mismo había cultivado y cosechado, fue arrestado y muerto a azotes. Su desdichada viuda clavó una
cruz sobre la cabeza del esposo muerto, como un testigo que, en el silencio de la noche, se yergue
ante las estrellas del cielo para acusar a aquellos sacerdotes que convirtieron las bondadosas
enseñanzas de Cristo en filosas espadas con las que decapitan y destrozan los cuerpos de los débiles.
El sol se ocultó tras el horizonte como fatigado por los problemas del mundo y hastiado del
sometimiento de la gente. En ese momento, el anochecer comenzó a desplegar un delicado velo que
surgía desde lo profundo del silencio, y a extenderlo sobre el cuerpo de la Naturaleza. Alargué mi
mano señalando los símbolos de los sepulcros, alcé los ojos al cielo, y grité:
-¡Oh, Heroísmo, esta es tu espada, ahora bajo la tierra! ¡Oh, Amor, esta es tu flor, consumida por
el fuego! ¡Oh, Señor Jesús, esta es Tu Cruz, hundida en la oscuridad de la noche!

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